sábado, 14 de junio de 2025

La historia de como Facundo Quiroga manipuló concesiones mineras, estafó inversores extranjeros y dejó una estela de violencia que terminó en tragedia

Uno de los episodios más oscuros —aunque poco difundido— de la historia de la minería tiene como protagonista a Juan Facundo Quiroga, el caudillo riojano que, lejos de las imágenes románticas que lo presentan como defensor de los pobres, también supo enriquecerse a costa del padecimiento ajeno.

La historia se remonta a los años en que el Estado argentino promovía convenios con inversores extranjeros para explotar los recursos minerales del interior. En el caso de La Rioja, Facundo Quiroga tuvo en sus manos la decisión sobre las concesiones mineras. Varios grupos británicos se interesaron en la zona, enviaron maquinaria pesada y personal especializado, pero pronto descubrieron que el negocio no era tal: los costos de traslado eran enormes, la mano de obra escasa y el control político absoluto. Las empresas, según distintos registros, perdieron hasta el noventa por ciento de lo invertido.

Inversiones frustradas y abusos de Facundo Quiroga
Uno de los testigos de aquellas operaciones fue el viajero y cronista John Anthony King, quien dejó un valioso testimonio sobre los manejos del caudillo riojano. En sus memorias, King afirma:

“Los compradores ingleses formaron una compañía, y trajeron, a grandes expensas, hombres y maquinarias, con el propósito de trabajar las minas, pero a su arribo descubrieron que habían sido engañados en la compra de la tierra perteneciente al gobierno.”

La estafa inicial no detuvo a los inversionistas, que decidieron continuar la explotación con el aval de Quiroga. El caudillo vio una oportunidad personal y, tras permitir que avanzaran con las obras, comenzó a presionarlos mediante extorsiones, exigencias económicas desmedidas y violencia directa contra los trabajadores.

El relato de King se torna dramático al detallar cómo, cuando la empresa ya comenzaba a obtener algún beneficio, Quiroga dio un giro brutal:

“Comenzó a poner obstáculos en su camino, y a exigir grandes sumas por el privilegio que les había concedido, azotando y encarcelando a los obreros, y procurando tantas molestias a los propietarios que, por último, se suspendieron las operaciones y la compañía íntegra se arruinó totalmente.”

El destino trágico de dos hermanos alemanes
Entre los damnificados por esta historia se encontraban dos hermanos alemanes, Guillermo y Federico, empleados de la compañía. King narra que Quiroga, paranoico y convencido de que conspiraban contra él, ordenó la detención de Guillermo y lo condenó a muerte sin pruebas. En un desesperado intento por salvarlo, Federico irrumpió en el despacho del caudillo y, tras suplicar inútilmente, terminó amenazando a Quiroga con un arma. Logró así que se les concediera media hora para huir.

El drama no terminó ahí. King escribe:

“Reloj en mano, Facundo medía con sus pasos el cuarto, con frenética impaciencia, y en momento en que la hora expiró, se precipitó afuera, exclamando: ¡Persigan al extranjero! ¡Doy cien onzas al que traiga la cabeza del extranjero Federico!”

Federico fue alcanzado y ejecutado. Guillermo, en cambio, logró escapar a Catamarca y finalmente regresar a Europa, llevando consigo una historia que evidencia el costado más oscuro de la figura de Facundo Quiroga.

Más luz sobre la figura de Facundo
Este episodio, que combina fraude, abuso de poder y tragedia humana, obliga a repensar las imágenes construidas sobre el caudillo riojano. A la luz de estos hechos, se vuelve difícil sostener la visión de Quiroga como un líder noble o un mártir federal. Fue también, como lo muestran los archivos y los testimonios como el de King, un actor implacable, capaz de arrasar con inversiones y vidas si estas interferían con sus intereses personales.

 

Fuente: Los Andes

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