
Dentro del ejido de Comodoro los rastros de ferrocarril fueron borrados casi por completo. Al crecer en su urbanización, la ciudad absorbió los espacios que perteneció al ferrocarril.
De las 11 estaciones perduran 6. Partiendo de la cabecera del tendido, la primera de las sobrevivientes es la del centro de Comodoro Rivadavia, la que fue restaurada y declarada monumento histórico. En la planta alta funciona el Museo Ferroportuario. Es la de mayor tamaño y fue edificada con ladrillos de concreto. Las restantes, excepto la del kilómetro 96, son de chapa acanalada y madera.
La estación de kilometro 5, que fue reciclada por vecinos del barrio para transformarla en biblioteca popular y mini museo; la de Diadema es utilizada como vivienda por descendientes del italiano Pierino Colasante, el primer conductor de locomotoras matriculado del ramal. La de Escalante, al estar situada en la falda de un cañadón de difícil acceso, donde además se encuentran varias chacras y cascos de estancias, se conserva intacta y se la utiliza como vivienda de fin de semana. La de Pampa del Castillo se encuentra abandonada y deteriorándose, tras ser utilizada como vivienda hasta hace pocos años, y su presencia pasa desapercibida al estar entre instalaciones petroleras y viviendas particulares. Está custodiada de intrusos por personal de seguridad de la empresa petrolera que opera en la zona. Recién 80 kilómetros después, en el valle de Sarmiento, sobrevive la de Colhué Huapi, la última en buen estado de conservación. Pasé a ser vivienda de una chacra y la que conserva la mayor cantidad de instalaciones y viviendas complementarias del ferrocarril.
La estación de Sarmiento, edificada con chapa acanalada y madera, de hermosa arquitectura y grandes dimensiones, se incendió en octubre de 1994, cuando iba a ser destinada como sede del museo local. La de Cañadón Lagarto, Valle Hermoso y parada kilómetro 162, fueron adquiridas luego del cierre del ramal, por un estanciero vecino de Cañadón Lagarto. Ahora dan vida al galpón de esquila de esa estancia.
Parque locomotriz
Tras el cierre del ramal, las locomotoras fueron desmanteladas (cortadas con soplete y vendidas como chatarra). De los coches motor aún se conserva en la zona Ganz, emplazado en la ciudad vecina de Rada Tilly y dos Drewry “Chanchitas” en un barrio periférico de Comodoro Rivadavia denominado “Cordón Forestal”. Son utilizados como vivienda y solo conservan su carcasa. En kilometro 5, durante unos años, fue emplazado como monumento el único sobreviviente de los 6 coches motor (cucarachas) fabricados en los talleres del ferrocarril. Hoy se encuentra desarmado un viejo vagón de pasajeros de madera y una locomotora del puerto adornan la parte posterior del Museo Ferropotuario. Se lo denomina vagón cultural. Vario vagones de carga se halla diseminados en el norte de la provincia vecina de Santa Cruz.
Vías (hasta la mitad del año 2005)
Dentro de los límites de la ciudad perduraba un pequeño tramos de vías entre los barrios kilómetro 5 y kilómetro 8 y recién volvían a encontrarse en Escalante. Varios kilómetros después, sobre la meseta de Pampa del Castillo, desaparecían para reaparecer a la altura del kilómetro 96 y continuar hasta Sarmiento. El tendido que aun existía estaba dañado en un 70 por ciento. Como el riel atravesaba varios yacimientos petroleros, fue cruzado por innumerables caminos que lo dañaron o lo cortaron. El clima hostil se ocupó de socavar gran parte de los terraplenes. En 1993 entre Holdrich y kilómetro 96 el terraplén de unos 6 metros de altura formó un gran dique que al romperse por la presión del agua acumulada arrastró a las vías e inundó varios cañadones, aislando varios cascos de estancias por varios meses.
Textos del libro “Aventuras sobre Rieles” – Alejandro Aguado