
Construcción y primeros usos
El desarrollo comercial de este emblemático edificio, es preciso destacar antes que no fue el primero en levantarse en esta región y albergar un almacén. El auge de la actividad ganadera ovina en los territorios patagónicos fue el motor generador de los primeros asentamientos permanentes en el territorio, si bien la demanda de trabajo fue y es estacional durante la zafra lanera, eso no significa que la labor comience y finalice allí, hay otras actividades que derivan de esta misma, es decir, la cría y cuidado del ganado, la colocación y reparación de alambrados, la limpieza de aguadas, el emplazamiento y construcción de viviendas y el establecimiento de almacenes y comercios para satisfacer las necesidades de los trabajadores, etc.
En estos últimos se destacaron especialmente los inmigrantes Sirio- Libaneses, ávidos, ambiciosos y expertos negociantes, sus maneras de comerciar y su “ojo” para las transacciones, tienen fama ancestral y raíces en el antiguo y actual medio oriente asiático con el pueblo fenicio como estandarte. La meseta chubutense se nutre hoy de muchos apellidos que nos recuerdan su paso por esta zona, los Abdala, Chaina, Jorge, Jatib, Ziede, etc. Sin embargo, esto no fue impedimento para que algunas personas de otras nacionalidades vieran también oportunidad de crecimiento y futuro prometedor en estas tierras. Antes de la construcción de la casa, ya existía un pequeño “boliche” en las cercanías de Gastres, cuyo propietario era un hombre llamado, según algunas fuentes consultadas, Adrián Saissac, quien también se dedicaba a la ganadería; el local no estaba tan bien surtido como era de esperarse y es así que otros comerciantes vieron la oportunidad de emplazar los propios, así es como se genera la idea de construir dentro de la misma zona, un pequeño hotel para los trabajadores de la zafra y los empleados de los convoyes comerciales, algo que además pudiera complementar e incrementar las ganancias de un pequeño almacén aledaño, un “ramos generales” según la expresión de la época. Los comienzos de la obra constituyen el principal hito histórico que marca los inicios del poblamiento específico del terreno en el que hoy se levanta la Comuna Rural de Gastre, no hay registro exacto del inicio de su construcción, pero se sabe con certeza, que el objetivo era responder a la necesidad de contar con un puesto intermedio de refresco bien surtido entre los caminos que iban del sur de Río Negro hasta el valle del río Chubut y la costa del Atlántico sur, una especie de oasis patagónico para las caravanas y convoyes comerciales que surcaban la fría y árida pampa chubutense, sobre todo para las tropas comerciales provenientes desde el sur de la provincia de Río Negro, que transitaban hacia la localidad costera de Puerto Madryn, y otras localidades del Valle del río Chubut, las que retornaban luego haciendo el mismo recorrido.
Agustín Pujol, fue uno de los precursores y principal interesado en la construcción de este y otros edificios, la historia más conocida y difundida entre los actuales pobladores de la región, relata que Pujol fue uno de los primeros emprendedores en establecerse en Gastre y encargar la construcción del emprendimiento hotelero, ya que no existía este tipo de lugares que ofreciera alojamiento y víveres en el lugar. De esta forma, el comerciante catalán, ya muy reconocido por su tienda de ramos generales en Norquincó, manda construir hacia el año 1904, este nuevo y mejorado punto de descanso de sus tropas.
Llegados los trabajadores al lugar, da comienzo la tarea, la construcción de todo el circuito económico no es fácil, demoró aproximadamente unos tres años y medio, cabe destacar que en el momento se estaba construyendo el hotel y el almacén y hotel contiguo, a estas edificaciones se les sumaban los galpones de acopio, un amplio corral, la apertura de caminos, las barracas y algunas casas bajas que albergarían provisionalmente a los trabajadores. La construcción del hotel es encargada al propio Pujol a otro inmigrante, un arquitecto italiano de apellido Bozzone, cuyos descendientes aún viven en la zona de Gan Gan y YalaLaubat. El español mandó traer especialmente al experto europeo gestionando de manera personal su llegada a la zona. La arquitectura general de la casa hotel responde al modelo europeo difundido en los primeros años del siglo XX, su estructura interior posee un gran salón delantero con pisos de madera, techos altos y amplias funciones de depósito o despacho, y otra contigua que aún tiene una puerta de madera bastante ancha con una abertura superior, “banderola”, muy típica de las casas del siglo XIX e inicios del XX, en su derecha se observa una pequeña abertura rectangular que posiblemente funcionara como dispensario, o de recepción externa, más adelante cuando el almacén fue trasladado al salón interior del hotel, esta pequeña ventana surtidora resultaba más que funcional para que necesitara algún producto, ya que no necesariamente debía entrar al edificio para adquirirlo.
Del libro “Gastre, retrospectiva histórica”, de Carlos Adrián Tissera