Cuando se produjo el cierre, la clausura definitiva del ferrocarril puse un mercadito y aprendí el oficio de carnicero. Después pasé a la esquina de Chile e Irigoyen con Pedro Ortega y después nos fundimos y quedé sin trabajo. Lo que sí mantuve fue la casa ferroviaria y seguí viviendo allí.
Un día me encuentra Lino Amici, Presidente de Racing y me dijo que habían salido unas rifas de una casa rodante, una camioneta y un motor fuera de borda, y que me daban el veinte por ciento de comisión. Yo le dije que sí por supuesto. Me fui a la plaza de Trelew y entré a vender números. Vendí bastante bien. Me fui a Comodoro Rivadavia, a Caleta Olivia… ¡vendí a lo loco!. Después me contrató el Club Brown y empecé a salir a flote de mis deudas! En ese momento me enteré que estaban tomando gente en la Gobernación y me fui a verlo a Roque Gonzalez y Roque me dijo “mire yo no lo puedo tomar por sus antecedentes peronistas lo siento mucho” pero después me hizo entrar en una vacante que se daba en Agua y Energía en Gaiman y ahí estuve un montón de años en donde empecé en la gerencia de Trelew a tomar contacto con el proyecto de Futaleufú. Madryn en ese entonces estaba destrozada pero ya se empezaba a decir lo que iba a ser Madryn cuando tuviera la fábrica de aluminio. ¿Madryn? decía yo y no lo podía creer y muchos compraron terrenos que se hicieron carísimos después.
Yo seguí trabajando en la CGT mientras tanto. Me vino a ver un día Marcelo Perez Catán que fue Ministro de Economía y me ofreció trabajar en la Cooperativa Eléctrica de Gaiman fuera de los horarios de Agua y Energía. Y me nombró Gerente de la Cooperativa. Me vio Williams Intendente de Gaiman y también me ofrece ir a ayudarlo en la Municipalidad. ¡Así que tenía propuestas por todos lados! Bueno, la gente de Trelew entonces me dijo que me iba a afiliar a Luz y Fuerza como empleado de la Cooperativa Eléctrica de Gaiman. Y allí formé la Seccional Gaiman de Luz y Fuerza. Luego cuando se puso en marcha el dique Ameghino todos pasamos a ser de Luz y Fuerza y me eligieron acá en Trelew Secretario del Gremio.
En ese tiempo se plantea un problema importante que era el de la asistencia médica para trabajadores ya que el Colegio Médico quería cobrar un plus aparte de las órdenes. Yo me enojé y dije que no podía ser. Lo fui a ver al Dr Viglioni, presidente de la Asociación Médica y dueño del policlínico y se lo dije. Me fui a Buenos Aires y lo vi a José Rucci que estaba al frente de la CGT, era el año 1971 más o menos. Entonces le dije “yo voy a condicionar mi continuidad en la CGT, que la llevo en la sangre, que la formamos en el tiempo de Espejo si sigue esta cosa”. Él me dijo que formáramos un policlínico. Estaba en Trelew el del Dr. Abdala que era el único que nos atendía, tenía sesenta habitaciones nuevas recién habilitado y no conseguía médicos por ningún lado. Rucci dijo que iba a hablar con la gente del IMOS y ellos mandaron tasadores y se compró el policlínico 28 de julio formándose el Instituto Regional de Obras Sociales y Barragán fue el primer Presidente y después cuando él se fue quedé yo como presidente. En 1973 había entrado yo de diputado nacional del peronismo y por un problema de hepatitis me interno en Trelew. El policlínico ya había entrado a funcionar, pero me acuerdo que el primer día había una señora que iba a tener familia y dice Juan Carlos Saleg que se necesitaba un anestesista porque había que hacer cesárea. Salimos entonces con Antonio Mucci y Ayala a buscarlo, pero al llegar y enterarse que tenía que ir al policlínico no quería ir. Se fueron a ver al comisario y se fue con el patrullero y prácticamente le dijo “O usted va o lo llevo de una oreja”. Y así fue. Nació el chico y los periodistas me preguntaban que se sentía estar al frente de un policlínico y yo les dije que era lo mismo que estar al mando de un Boeing, que era muy difícil… Estando yo internado lo matan a Rucci, intervinieron el policlínico se armó todo un escándalo y yo tuve que entrar con la policía federal porque no me dejaban entrar. Al final entré con Elías y Gutierrez. Pero primero esperé, les dije que iba a esperar cinco minutos para entrar y que yo no iba a negociar con hijos de putas… porque ellos querían hablar… Esperé y cuando voy a avanzar viene el gordo Casia y se me pone enfrente… entonces le digo al policía “Proceda” Saca la credencial, le pone la pistola y empezaron a gritar “¡No, no tiren que nos vamos!” (risas) Estaba Jarita, el actual subsecretario Verón,… Del Río dirigente de los textiles que saca la pistola y tira un tiro… ¡Y de afuera dijeron “Lo mataron a Gilberto!” ¡Yo veía entrar muchachos y chicas por las ventanas… era un lío fenomenal! Entró la policía federal y con gran profesionalidad paró todo rápido. Para ello nos habían hecho una campaña que nosotros vivíamos ostentosamente… cuando nosotros estábamos viviendo en una pieza y Ayala no tenía ni cama! Decretaron la intervención y después vino el golpe del 76…
Texto de “Los ferroviarios que perdimos el tren”