La Corte Suprema declaró nulo un decreto parlamentario, firmado por Cristina Kirchner, que dispuso la designación del senador kirchnerista Martín Doñate como miembro del Consejo de la Magistratura y ordenó que en su lugar asuma el macrista Luis Juez.
El máximo tribunal consideró “inoponible” la división del bloque del Frente de Todos en el Senado, una jugada de la vicepresidenta para quedarse con uno de los consejeros por la minoría. El PRO impugnó esa decisión, pero los tribunales inferiores habían avalado la maniobra de Cristina.
La Corte consideró que para la designación de consejeros debió tenerse en cuenta la conformación de los bloques del Senado al momento del fallo que declaró inconstitucional la anterior conformación del Consejo de la Magistratura y no al momento de las nuevas designaciones. Consideró en palabras elegantes que Cristina hizo trampa con la división del bloque.
“El accionar de la Presidencia del Senado constituye un apartamiento de las reglas que esta Corte estableció en su sentencia del 16 de diciembre. También contradice las exigencias de equilibrio y complementariedad propios del principio de colaboración sin interferencias entre órganos constitucionales al desnaturalizar los imperativos constitucionales, legales y jurisprudenciales a las que debe sujetar el ejercicio de su prerrogativa, a la par que desconoce el principio de buena fe, cardinal en las relaciones jurídicas”, dice la sentencia.
Agrega que el procedimiento no fue “respetuoso de las exigencias constitucionales y legales aplicables sino manipulativo”, por lo que considera “ficticia” la creación del nuevo bloque. La Corte agrega que la jugada de Cristina fue una “artimaña” para “beneficio ilegítimo”, lo que está cuestionado en múltiples normas.
El fallo agrega que la maniobra “quiebra las reglas más básicas del debido proceso legislativo” ya que Cristina no convocó a los senadores del PRO a dar sus argumentos y asegura que “lo hizo de espalda” a los pedidos de ese bloque. “La manipulación de los bloques para desplazar la segunda minoría violenta el señalado criterio de buena fe”, insiste.
Se trata de una muy fuerte movida política de la Corte que en los hechos implica una pérdida de poder de Cristina, que como reveló LPO estaba cerca de formar un bloque de consejeros que le permitiría trabar el funcionamiento del Consejo hasta 2026.
Una de las incógnitas que abre el fallo firmado por Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz es la respuesta que proporcionará Cristina desde el Senado, si acatará el fallo o se abrirá un conflicto de poderes difícil de predecir.
En el kirchnerismo se aferran a la interpretación de que los senadores son libres de conformar los bloques y que la Corte no puede interferir sobre eso. Además, sostienen que es arbitrario que el PRO y la UCR puedan considerarse bloques independientes, pero no así los que conforman el interbloque Frente de Todos.
La consecuencia inmediata de la movida de la Corte es que Rosatti y sus aliados en el Consejo de la Magistratura (los legisladores de Juntos por el Cambio, y los abogados y jueces cercanos a la oposición) se acercan a los dos tercios que les permitirían nombrar y remover jueces.