viernes, 5 de diciembre de 2025

Durante largo tiempo la historia se ocupaba de personajes y hechos como las revoluciones políticas sin contemplar otras revoluciones, básicamente las tecnológicas, cuyas consecuencias afectaron a los regímenes políticos de cada tiempo, obligándoles a adaptarse o desaparecer.

La inteligencia artificial fortalecerá el surgimiento de las Democracias Sintéticas. Foto generada con IA

Durante largo tiempo la historia se ocupaba de personajes y hechos como las revoluciones políticas sin contemplar otras revoluciones cuyas consecuencias afectaron a los regímenes políticos de cada tiempo y por supuesto a la evolución de la humanidad desde los lejanos tiempos en que el hombre pudo hacer fuego y así dar un paso gigantesco en el devenir de la especie como fue después la domesticación de los animales o la agricultura.

A mediados del siglo XV la revolución de la imprenta entusiasma por la difusión de la lectura de las Escrituras, pero luego surgen las prohibiciones por el temor que más personas tuvieron interpretaciones diferentes a las establecidas por los guardianes de la fe. Sin la imprenta la reforma protestante tal vez no tenía lugar.

La invención de la máquina de vapor y el establecimiento por parte de Lord Boulton y el ingeniero Watts de la primera fábrica con ese equipamiento dan origen a la primera revolución industrial. La asociación entre un aristócrata que representa el viejo mundo con un ingeniero inventor inicia el enorme cambio en la producción de riqueza que inicia el proceso del mundo que conocemos.

Cuando leemos viejos textos de historia escritos en nuestro país además de su faccionalismo, en particular el viejo revisionismo, es llamativo el desconocimiento de esas revoluciones tecnológicas cuyas secuelas influían en el éxito o el fracaso de nuestro país.

Reducir los conflictos a luchas entre centralistas porteños y provincianos defensores de su autonomía, es ignorar la repercusión de esos cambios en los sistemas de producción, que llevaron por ejemplo a la supresión de la esclavitud.

Sin entrar a recordar a destacadas figuras de las provincias interiores de filiación unitaria, ya que no es el tema de esta nota, que desmienten esas simplificaciones para explicar el pasado no podemos seguir desconociendo en el estudio de esos años el contexto en que se desenvolvían los protagonistas del siglo XIX.

A mitad de ese siglo tuvimos la clarividencia de Justo José de Urquiza que entendió el mundo iniciando el proceso de inserción en el mismo y lo consolidó con los acuerdos que permitieron la Unión Nacional después de Cepeda y Pavón y en su negativa a sumarse a revueltas de quienes por lejanía y desconocimiento se habían quedado en el pasado; el anacronismo es una enfermedad peligrosa para los pueblos.

Hoy estamos ante nuevos desafíos como el que nos trae la Inteligencia Artificial en el trabajo, la creación o destrucción de empleos, la salud, la educación, la gobernanza.

Días pasados, Gustavo Beliz presentó en la Universidad Austral su trabajo “Atlas de Inteligencia Artificial para el Desarrollo Humano de América Latina y el Caribe”. Bienvenido que en este país en el que rigen convenios laborales de 1975 y una crisis educativa que repercute en el mercado laboral por falta de personas capacitadas para el trabajo, alguien ponga en agenda los temas que tenemos que debatir para no seguir rezagándonos en los años que viene. Vale la pena recordar que el drama de China durante el siglo XIX hasta hace pocas décadas fue no entender el mundo que alumbró la revolución industrial, por eso quedó atrasada y pobre.

Al que esto escribe le preocupa en particular la gobernanza y el futuro del sistema democrático que con todos sus defectos es el único que asegura libertad personal y una dosis de igualdad.

En tal sentido el libro de Beliz señala: “¿Podrá resistir la democracia el advenimiento de una IA que llega de la mano de redes sociales, ataques masivos a la credibilidad dilución entre la frontera de lo real y de lo falso? ¿Existen caminos para fortalecer a través de la IA a los procesos de expresión de voluntad popular, deliberación informada y toma de decisiones que signifiquen redistribuir el poder soberano? Se trata de dos preguntas esenciales a la hora de consolidar un concepto de desarrollo humano que, sin un adecuado andamiaje institucional de derechos y libertades, no podrá florecer.”

“El dilema, prosigue, trasciende así una mera expresión política para ubicarse en la dimensión de riesgo y oportunidad existencial para nuestras sociedades regionales pues compromete no solamente el concepto de eficacia administrativa de los Estados y sus sistemas de gobierno sino además la dimensión de convivencia pacífica de nuestras comunidades”

Esto nos lleva al desafío de consolidar plataformas y usos transparentes de la IA en el debate democrático. Hoy el anonimato en las redes permite agraviar, difamar, promover disparates como las campañas contras las vacunas sin que sus secuelas tengan sanción. El Brexit que tantos desastres causó en el Reino Unido es consecuencia de ese uso de las redes que estimula la polarización, las grietas, el resentimiento y el odio en tribus que solo escuchan a los que alimentan el odio. Son los nuevos desafíos para lograr una sociedad libre y capaz de convivir civilizadamente.

 

Por Roberto Azaretto, presidente de la Academia Argentina de la Historia, para Los Andes

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