La esquina de Rivadavia y Pellegrini, en Comodoro Rivadavia, estaba reservada desde 1921 para la construcción de un mercado de abasto, pero durante dos décadas el lugar se utilizó como playa de estacionamiento. A lo sumo, se establecían mercados ambulantes, con la llegada de productores desde Sarmiento, para la venta de frutas, hortalizas y otros productos frescos, pero no había noticias del mercado.
Así, en 1941 la Municipalidad decide construir una plaza en la esquina en cuestión, tras el ordenamiento de las cuentas iniciado por el interventor Stafforini, quien recibe los elogios de la Asociación de Propietarios de Bienes Raíces.
La plaza se inaugura el 20 de noviembre de 1941 y uno de sus árboles recibe el nombre de Francisco Pietrobelli, en homenaje a uno de los fundadores del pueblo. Consiglia Sergna, viuda de Pietrobelli, escribe un telegrama de agradecimiento al interventor por la feliz iniciativa: “Espero que ese delicado homenaje servirá de estímulo a muchos jóvenes para acometer empresas que sobre todo interés primen ideas de bien público. En nombre propio y de mis hijos, agradezco profundamente tan generosa prueba de recuerdo”
Sin embargo, la plaza no dura mucho, porque en la misma esquina, el gobernador militar resuelve la construcción del postergado Mercado Regional.
La obra tan esperada se inaugura en 1952, con cámaras frigoríficas de moderno adelanto tecnológico y una superficie de singular diseño arquitectónico. En el Mercado llegan a funcionar 32 puestos de venta, además de los locales independientes con su frente a avenida Rivadavia.
La crisis de fines de los ochenta lleva al cierre definitivo del Mercado, mientras que en 1995 se recicla manteniéndose su estructura original y se convierte en sede del Concejo Deliberante.
Extraído del libro “Crónicas del Centenario” editado por Diario Crónica en febrero de 2001.