A principios de siglo se conservaba como un importante trofeo de la época de la Independencia, un hermoso cañón realista que, entre otros adornos, ostentaba una emotiva leyenda en homenaje al rey Carlos III. Considerando que este monarca falleció en 1788, podemos deducir que su fabricación, hecha por artesanos peruanos, debió datar por lo menos de la segunda mitad del siglo XVIII.
Esta reliquia, que hoy enriquecería la colección de cualquier museo histórico, atravesó intacta todo el siglo XIX, respetada por los vencedores del Ejército real.
Pero años después de apaciguados los viejos rencores, alguien, imbuido de un afán patriótico y de carácter conmemorativo, decidió fundir esta vieja reliquia española y con su bronce acuñar diversas medallas conmemorativas,………..corría el año 1902.
Se funde y acuñan pues las medallas 1902 – Santa Fe, 1904 – Mendoza, 1906 – Corrientes y tambien una por la repatriación de los restos del General Las Heras.
Los grabadores artífices de este trabajo fueron BELLAGAMBA y ROSSI, y el proceso de acuñado se realizo en el Arsenal Principal de Guerra.
La medalla sanmartiniana lleva en su anverso el busto del prócer y en su reverso la leyenda: “EL EJERCITO DE LA NACION / A SU GLORIOSO CAPITAN”.- Debajo, en letras más pequeñas: “METAL DEL CAÑON / “ASOPO” / TOMADO EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA”.
Por Miguel Ángel Martínez