“El libro del sur”
El primero en traer un taller grafico a Equel ha sido el doctor Ugo Koggero en el año 1924. El 1º de mayo de ese mismo año, aparece el primer número del periódico “El libro del sur”. Era tipógrafo del taller, el señor Carlos Gago Viera, quien se retira después de la casa, por haber tenido varias disidencias con el director de la publicación.
“El libre del Sur” sigue publicándose ininterrumpidamente con la dirección de diversas personas.
Pero después del retiro del señor Viera, toma la dirección del periódico el señor Roberto Savio, quien no era periodista de profesión y hasta tenía dificultades para hilvanar las frases en castellano correcto, pero llevado por un noble afán de servir al progreso del pueblo, no se amilanó por ese obstáculo y prosiguió su obra con gran animación.
El señor Savio montó un excelente taller y fue el primero en traer en 1939, una tipografía. Esa máquina mejoro mucho la presentación del periódico y e permitió encarar nuevos trabajos de obra. Con su dirección, el periódico mantuvo una inalterable conducta, dentro de su credo. En el año 1943 fallece el señor Savio, encargando la propietaria del taller, señora Antonieta P. de Roggero, la dirección del periódico al señor Augusto Nikel, quien tampoco era periodista. Con su dirección el taller y el periódico sufren una decadencia visible y al morir en 1940, se hacen cargo del periódico y consiguientemente del taller distintas personas. Entre ellas: Fabián Ramallo, doctor Adolfo Baea, señor Jorge Rogger Lezana, Emiliano Fernández y el partido laborista, más tarde peronista.
Durante la dirección del señor Jorge Rougger Lezana, el periódico vuelve a tomar vibración periodística. Con el señor Emiliano Fernández, “El libre del sur” serena su prédica y toma decididamente el partido democrático. Con el partido Laborista, el periódico defiende con inusitada pasión por su posición política. Pero la falta de organización, los grandes gastos del taller y otros factores, hacen que el partido Laborista abandone el contrato, quedando a cargo del taller los obreros tipógrafos, señores Braulio Álvarez y Roberto Porcel de Peralta. Pero tiempo después, los citados obreros adquieren la imprenta y el periódico en propiedad. Como excelentes obreros en obras gráficas, dedican poco tiempo al periódico, que mantiene una política prescindente, apartada de toda pasión banderiza, registrando los hechos serenamente con entera imparcialidad.
Es así como después de mucho andar zigzagueante, “El libre del Sur” vuelve a encontrar un camino.
Tanto el señor Braulio Álvarez, como el señor Roberto Porcel de Peralta, son hombres jóvenes, sanos de espíritu, que no entraran nunca en el pasquinismo ni en el periodismo de atracos.
El “Esquel”
El segundo periódico en aparecer ha sido el “ESQUEL” del que hacemos crónica aparte.
“El Eco del Futalauquen”
En el año 1929, el señor Carlos Gago Viera, primer tipógrafo de Esquel, ya retirado de “El libro del Sur” obtiene una minerva doble oficio y tipos de texto con lo que comienza la publicación de un nuevo periódico que denomina “El Eco del Futalauqen”, esa publicación continua con la dirección de su fundador, sin mayores cambios.
La terminología tan original de “El Eco de Futalauquen”, su peculiar modo de encarar los pleitos políticos y problemas regionales, son familiares entre el circulo de sus lectores, porque son los mismos de la hora inicial.
“El Eco de Futalauquen” tuvo una interrupción de algunos años volviendo a salir después sin variantes dignas de mención.
Es un periódico semanal, siendo su día de salida los sábados.
Otras publicaciones
Pocas han sido las publicaciones periódicas de Esquel que aparecieron y desaparecieron. Entre ellas recordamos “La Voz del Pueblo”, de orientación radical, que dirigía el señor Nito Domínguez Tejera y que se publicó en los talleres gráficos ESQUEL. Tuvo solo un año de vida.
Más tarde apareció “El Obrero” y ya era portavoz de los anhelos del sindicato libre creado en Esquel con la participación de numerosos gremios.
También tuvo vida efímera.
En 1946 y parte del 47, Esquel conoció el periódico “Laborismo” órgano oficial del partido Laborista. Se imprimió en Bahía Blanca y algunos números en Esquel.
No tenemos memorias de otras publicaciones periódicas.
Recién en 1949, el club juvenil “Nahuel” inicia la publicación de una revista del mismo nombre, que despertó mucho interés por su gracia, por su humorismo y por ser la concreción de la capacidad estudiantil, para considerar nuestros problemas del momento; indirectamente, era el fruto de la obra del Instituto Adscripto de Enseñanza Secundaria. Dirigen esa publicación, de carácter mensual, los jóvenes Rubén D. Espinel y Bernardo Abel Feldman, con la colaboración de la mayoría de los socios del club “Nahuel”.