El origen del ingreso a la guerra de la triple alianza.
Ante la negativa de autorizar el paso de las tropas paraguayas por territorio nacional por haberse declarado neutral (a medias), al amanecer del 13 de abril de 1865, se presentó ante la ciudad de Corrientes una escuadra formada por cinco embarcaciones a vapor de bandera paraguaya (Takuari, Ygurey, Paraguari, Marques de Olina, Yporá), con 2500 hombres de desembarco al mando del comandante Pedro Ignacio Meza. Pasaron ante la ciudad en dirección sur, luego viraron nuevamente hacia el norte y atacaron a los vapores de guerra argentinos 25 de Mayo y Gualeguay, que se encontraban en el puerto de la ciudad por reparaciones. El 25 de Mayo tenía a bordo una tripulación de 80 hombres y montada aún su batería, pero el Gualeguay estaba en tierra, desarmado y con solo una guardia al mando del subteniente Ceferino Ramírez. La tripulación de dos de los buques agresores abordaron las naves argentinos, y tras una refriega que costó algunas bajas, los capturaron. Los prisioneros fueron ejecutados y tirados al rio. En los siguientes días unos 3500 o 4000 hombres desembarcaron y ocuparon la ciudad.
La ocupación de Corrientes fue dura para sus habitantes, violaciones, saqueos, estaban al orden del día. Historiadores y testigos de la época como Pedro Igarzábal, Gregorio y Juan Vicente Pampín, los investigadores Manuel Florencio Mantilla y Hernán Félix Gómez, respaldan estos recuerdos.
Wenceslao Domínguez en su ensayo histórico LA TOMA DE CORRIENTES afirma que en la ciudad ocupada “La menor sospecha era suficiente para el juicio sumarísimo si lo había, y el más leve motivo de patriotismo argentino era castigado con la pena de muerte. Sería largo detallar las condiciones de la tétrica vida en Corrientes; y además, es también bastante conocida”.
Por su parte, el historiador Antonio Emilio Castello afirma, en su libro HISTORIA ILUSTRADA DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES, que “La ciudad de Corrientes arrastró una miserable existencia sumida en el temor de las delaciones, de los atropellos y del cautiverio en las cárceles paraguayas. Un día los invasores llevaron a cabo una feroz matanza de indios chaqueños en las calles de Corrientes. Los pobres indígenas vendían desde hacía años leña y pasto, de casa en casa, y como algunos de ellos se negaron a recibir papel moneda paraguayo, fueron exterminados a sablazos y balazos en pleno día”.
Argentina respondió a una agresión. Estos son hechos concretos.
Por Miguel Ángel Martínez