miércoles, 15 de enero de 2025
Maestro Arrigó con sus alumnas. 1924

El periódico Golfo Nuevo, en el año 1.922, describía las instalaciones que Juan Fracasso había cedido al Consejo Nacional de Educación para la Escuela Nro. 54: “Don Juan Fracasso cede al Consejo Nacional de Educación para el local de dicha escuela, que funciona en San José, una sala que mide 9 por 6 para la clases, y una habitación de 4 por 5 para vivienda particular del maestro”.

El Consejo Nacional de Educación, en Acta del 2 de octubre de 1.922, señalaba: “Aprobar el contrato relativo a la cesión gratuita del local para la escuela y disponer que la inspección respectiva de las gracias al propietario en nombre del Consejo”.

Su primer maestro y Director fue el señor Juan Arrigó. El docente no se mantuvo en el cargo por mucho tiempo y los habitantes del pequeño pueblo se muestran muy preocupados por su ausencia. Hecho que encontramos testimoniado el 9 de mayo de 1.925 en el periódico Golfo Nuevo; allí se daba cuenta de las quejas de los pobladores de San José. La escuela había sido abandonada “hace unos meses”. Sus 20 alumnos quedaron sin clases, y nunca se supo de los motivos del maestro para dejar el cargo.

Al pasar el tiempo sin ocuparse nuevamente el cargo, los pobladores siguieron expresando su intranquilidad acerca del problema: “De alguna forma la gente buscaba como darle instrucciones a sus hijos. En esa época era necesaria  esa iniciativa porque había muchas familias viviendo en el campo. La vida era rural”.

A esa inquietud se sumaba el informe que el Inspector General del Consejo Nacional de Educación presentara a la superioridad. Se inició entonces el expediente para tratar la “creación de la escuela y traslado del Director Don Conrado Conesa”. Se solicitaba puntualmente: crear una escuela en el Pasaje denominado San José que funcionará del 1 de setiembre al 31 de mayo. Asignar el número 102 y trasladar, a su pedido, al Director de la Escuela Nro. 60, señor Conesa. Si bien el número establecido para una escuela era diferente, las instalaciones que debía ocupar eran las mismas que tenía la Escuela 54. Probablemente se le debe haber asignado el número 102 porque el anterior ya había sido asignado a otro establecimiento en algún otro punto de los territorios.

El docente nombrado a cargo del establecimiento fue el señor Conrado Aureliano Conesa, quien se trasladó a Puerto San José con su familia. La hija de este maestro nos ha dejado un relato muy ilustrativo sobre las condiciones de vida del docente en esos tiempos: “El establecimiento que encontró era muy precario y asistían poquísimos alumnos. El único salón de clases estaba pegado a la casa de la familia y para la vivienda del Director solo contaba, a unos 100 metros aproximadamente, con una pieza de chapa de zinc sin la más mínima comodidad, debiéndose cocinar en un calentador Primux a kerosene. A continuación de ese ambiente había un galpón, con el que se conectaba, en el que se almacenaban fardos de lana. Todo aquel lugar estaba impregnado de olor a antisarnicos. Allí solíamos ir mi mama y yo a pasar las vacaciones de verano mías pues la de la Escuela Nro. 102 eran en invierno. Recuerdo que hasta los huevos de gallina, aún hervidos, o lo que se cocinara con ellos, resultaban desagradables de comer por el gusto a pescado”.

Luego fue clausurada la Escuela 102 por falta de alumnos.

No mucho tiempo después, la construcción del ferrocarril que unía las Salinas Grandes con Puerto Pirámide, hizo que el Puerto de San José caiga en desuso, pues toda la producción se fletaba por Puerto Pirámides hacia su destino. Por consiguiente la población estable fue disminuyendo. Según los datos obtenidos hasta ahora inferimos que el establecimiento educativo de Puerto San José se cerró alrededor del año 1.930, pues el señor Conesa se hace cargo de la Escuela Nro. 45, de las zonas de chacra de Trelew, el 16 de julio de ese año.

Texto de: “El desarrollo de la Educación en Puerto Madryn y Zonas Aledañas”, de Marta Gueli-Liliana Martín

 

 

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