miércoles, 11 de diciembre de 2024

17 DE MARZO DE 1910. EN PUERTO MADRYN. LOS VIAJES EN BARCO DE BUENOS AIRES A PUERTO MADRYN…

Mis queridos!

Hoy a la mañana les escribí apurada algunas líneas y no sabía que tan pronto iba a tener tiempo para escribirles con más detalles y tranquila. Lo que pasa es que mi tesoro recién tuvo que volver a ir a trabajar a las ocho y media y no va a regresar antes de las once de la noche, aunque le daba mucha lástima dejarme sola. Pero el trabajo se acumuló bárbaramente en las cuatro semanas que faltó y hay que hacerlo. Qué mejor puedo hacer yo que charlar con ustedes?

Bueno el 8 de mayo a las doce del mediodía salimos de Buenos Aires. Muchos nos vinieron a despedir y tomamos todos una copa de Champagne en el camarote del capitán Lehmann, que triste dejaba a su novia. El domingo teníamos lindo tiempo y de noche ya entramos en el mar y el barco se empezó a mover mucho, ya que el tiempo empeoraba. ¡Todos estaban mareados y Rudolf y yo tampoco nos salvamos! Así que el lunes y martes lo pasamos mal. El barco atestado de pasajeros y que sucio todo el barco un asco!

Menos mal que teníamos un camarote para los dos solos, aunque era uno interior. La comida era malísima, solamente el panadero era bueno y el pan y las facturas eran ricas! El agua venía sucia y oscura y durante todo el viaje no tomé ni té ni café. Solamente agua mineral, vino o cerveza. Que poco lugar para caminar y tan lleno. Casi todos los que viajaban eran solteros. Solamente una señora rusa con su hijito y yo éramos mujeres, y solamente dos hombres hablaban alemán, los demás internacionales, principalmente ingleses. Nosotros hemos vivido muchas horas alegres con el capitán en su camarote.

El jueves 12 de mayo a las diez horas estábamos en el Puerto de San Antonio y en el puerto había dos barcos de la Hamburg Süd: el “Columbus” y el “Mendoza”. Los capitanes y oficiales subieron a nuestro barco. Rudolf conocía a todos y el capitán Hepe del “Mendoza” nos invitó a cenar. A las cinco de la tarde cruzamos al barco en una lancha de nuestro buque y yo gocé la cena: por fin otra vez comida como en casa! Fue una velada muy divertida, los hombres tomaron bastantito y siempre a mi salud o a la salud del nuevo novio, el capitán Lehmann. Mi tesoro todavía buscó nuestro gramófono y bailamos y cantamos de lo más alegres, de manera que fuimos tarde a la cama!

A la otra mañana todos los hombres fueron todavía a la nave “Columbus” a tomar un trago de despedida y al mediodía seguimos viaje.

El sábado llegamos a Puerto Pirámides, un lugar muy pequeño, con muy pocas casas. La pobre gente ni tiene agua dulce ahí y muy pocos alimentos. Dependen completamente de lo que les traen los barcos. A mí me impresionó mucho. Rudolf bajó a tierra porque tenía un encargue de negocio y el médico de a bordo, cuando regresó de tierra, me trajo las primeras flores del lugar!

La próxima mañana llegamos a Puerto Madryn: ocho semanas de viaje que fueron hermosas, a no ser los 8 días en el “Presidente Quintana”. Tempranito estábamos en cubierta y era una mañana fresca y estaba oscuro todavía, era el15 de mayo.

Madryn está situada en el Golfo Nuevo, y atrás resguardada por sierras y al frente está el mar. Se veían algunas luces en tierra y poco a poco iba aclarando. Entonces vi dos casas claras sobre la playa, a la izquierda del pueblito, una es la del Sr. Flores y la otra la nuestra. Con qué alegría la miraba por el largavista.  ¡Es tan preciosa!

A las siete y media el barco atracó al muelle y fuimos a tierra. Todo Madryn parecía estar durmiendo. Fuimos a la piecita de soltero de Rudolf que es amorosa y acogedora.

Enseguida nos vinieron a saludar todos los señores de la Firma y el señor Flores me dio todas las cartas. Entonces fuimos a nuestra casita que está a 10 minutos de la Firma. Nuestra casita es la anteúltima del pueblo. Al frente uno entra en la veranda llena de ventanas y llena de sol y luz. Luego al comedor con dos ventanas grandes. Del comedor van dos puertas: una al dormitorio y una a la cocina. El dormitorio tiene tres ventanas, dos hacia el mar y una hacia el norte. La cocina también es grandecita. Al lado de la cocina están la despensa y el baño y abajo de éstas dos, el sótano. De la cocina se baja en cinco peldaños al patio. En éste hay un aljibe y un pozo. El agua de lluvia corre por canaletas al aljibe. En el patio hay dos piezas más, una como lavadero y la otra como pieza de huéspedes, y un galpón para el coche. Se imaginan con cuánto entusiasmo vi todo y en la cocina tengo una cocina a leña y en el comedor otra. Estoy muy orgullosa que mi marido dispuso todo tan bien, lo que no es nada fácil acá.

Después de ver todo, Rudolf se fue y yo ya estaba ansiosa de leer vuestras cartas.

¿Pero dónde sentarme? La casa aún estaba vacía. Entonces me senté en un tambor de cemento que estaba adelante de la casa y me puse a leer vuestras queridas, tan queridas cartas. En un momento me tenía que reír de lo que me contaban y en el otro me corrían las lágrimas por la cara! Más de una hora estuve leyendo! Cuando todavía estaba sentada con mis cartas llegó el capitán Lehmann y le mostré la casa y quedó admirado. Al capitán lo acompañaban varios señores de a bordo y se sentaron todos sobre unos tablones y el capitán dijo:

Qué bien estamos sentados en el “parque”!

Cómo nos reímos, pues el patio estaba lleno de tambores, tablones, etc. de la construcción. Al rato llega Rudolf con el juego de comedor. El capitán entonces nos invitó ir con él a bordo y almorzar en su camarote y la comida fue realmente muy buena.

De tarde Rudolf llegó con toda la mudanza de sus cosas y una cama muy linda con la cual nos divertimos mucho, pues ni Rudolf con la ayuda del carpintero y del capitán la pudieron armar ¡Cómo nos reímos! Entonces decidimos dormir sobre el colchón en el suelo la primera noche y el capitán nos volvió a llevar a bordo para cenar. Temprano volvimos para dormir por primera vez en NUESTRO HOGAR!

La mañana siguiente fuimos a tomar el desayuno en un restaurante y luego acompañé a Rudolf al negocio. Ahí hice las compras más necesarias para preparar el primer almuerzo. Rudolf se quedó en el negocio y yo fui a casa, pero ¿qué pasó? No tenía ni agua ni leña. Fui a lo de una vecina y le pedí agua del pozo que es salobre (agua dulce tenemos que comprar). Así que empecé a poner en marcha mi cocina! El menú ya lo conocen. Cuando estaba en lo mejor de preparar todo, me doy cuenta de que no tenía manteca, pero que les parece mi alegría cuando veo que Dios me mandó un angelito y este angelito era el capitán con tres cuartos kilos de manteca abajo del brazo, de a bordo! Venía a despedirse y nadie más feliz que yo con la manteca! Cuando mi esposo llegó yo tenía todo preparado!

23 DE MAYO DE 1910.

EN PUERTO MADRYN.

Estos que les conté fueron los primeros días en Madryn y hoy ya estoy ocho días acá.

Fueron días pesados para mí, pues tenía que limpiar y acomodar mucho y siempre sola, ya que Rudolf está de la mañana a la noche en el negocio. Sólo viene a almorzar y una siesta corta. Me costaba hablar el castellano y desconocía muchas cosas, pero con coraje y alegría me arreglé y cuando todo esté en orden no cambio con nadie en el mundo!

No hay cosa más linda que vivir al lado de un marido que uno ama y lucha con él! Y mi hogar es un sueño y Madryn es hermoso, solamente me faltan los árboles! El tiempo siempre es lindo: cielo azul y sol! Los invito a todos ustedes a venir a veranear, cómo lo gozarían mis sobrinos! cuando miro por el frente veo el mar y si miro para atrás las montañas con monte encima, entonces siempre me imagino que son árboles bien verdes!

Sólo me falta limpiar las ventanas de toda la pintura que dejaron los pintores y colocar las cortinas. Imagínense que ya tengo 6 gallinas. Acá los huevos son carísimos y siempre tengo algún resto de la cocina. Se iba un vecino de acá y me las vendió a dos pesos cada una. Hasta ahora no pusieron ni un huevo, pero están tan coloraditas que seguro pronto pondrán. Ojalá!

LA CASA DE FRIDAY RUDOLF GRIMM

30 DE MAYO DE 1910. EN PUERTO MADRYN.

Mañana va a atracar el barco “Presidente Mitre” de manera que voy a terminar la carta. Lamentablemente no llegará para tu cumpleaños queridísima Mamá, pero igual te lleva todo nuestro cariño.

¡No trabajes demasiado y escribile mucho a tu hijita menor! Ojalá festejen lindo y si pienso en las frutillas que van a comer y en las papas nuevas con arvejas se me hace agua a la boca. Cosas tan ricas frescas acá no hay.

Mi casita está casi lista y yo muy feliz con mi buen marido. Es muy bueno conmigo y pueden estar tranquilos que estoy en buenas manos. En éstos días está haciendo mucho frío. Además: una gallina ya puso 4 huevos. Cuestan dos pesos la docena.

Muchos cariños y besos a todos en Hamburgo y Curau de vuestra.

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