
En cuanto al aspecto social, los comercios que prosperaron en todo el territorio, en un principio fueron los centros de la vida social de los colonos. Se los estableció en puntos clave de las zonas de tránsito y en las áreas de mayor concentración de colonos. El área que contó con mayor número de comercios fue la que se tiende entre el Alto Río Mayo y la actual Aldea Beleiro, seguida por la actual aldea de Pastos Blancos. La instalación en inmediaciones de varios de esos comercios, de escuelas o juzgados de paz y comisarías, cuya construcción solventaban los propios colonos, resultaron determinantes para el nacimiento de los pueblos. Los colonos y comerciantes que los originaron arribaron a la región entre 1896 y 1912.
La sociedad
Con respecto a la sociedad del departamento Río Senguer, se caracteriza por su adscripción a dos esferas: la de descendientes de colonos (europeos, argentinos, sudamericanos y norteamericanos) y descendientes de indígenas. Sin embargo, en la actualidad los limites étnicos en muchos casos resultan difusos a partir de la construcción de la identidad que se atribuyen los descendientes. En cuanto a los descendientes de los primeros su identidad resulta clara, pero no ocurre lo mismo con los descendientes de indígenas.
Los colonos que se unieron entre ellos, siguieron pautas culturales propias de la sociedad nacional de la época, en cambio, los descendientes de familias conformadas por colonos e indígenas, adoptaron características propias de las sociedades mixtas, en las que convergen elementos de ambas culturas, pero en las que prevalece alguna de las dos. De ese modo, se dieron casos de familias mixtas que se consideraban indígenas, o bien lo contrario. En ese sentido, desde la antropología se postula que la identidad étnica de los individuos está dada por la forma en que se ven y adscriben.
En el caso de las comunidades indígenas de El Challa (mixta de tehuelches y colonos) y de Pastos Blancos (mixta de manzaneros, tehuelches y colonos), de los elementos que con forman la identidad, perdieron la lengua y parte de sus costumbres, y conservan la tierra y la parte de su memoria étnica. La organización grupal de dichas comunidades rurales resulta fundamental para la adscripción e identificación. La ceremonia del camaruco, a la comunidad de Pastos Blancos la cohesiona e identifica como grupo étnico de carácter indígena.
En cuanto a los mestizos e indígenas “puros” que residen de forma individual en los ámbitos rural y urbano, apenas conservan de modo muy difuso la memoria de su ascendencia indígena y en su mayoría no se identifican como tales.
Aunque no existen cifras exactas, el porcentaje de descendientes de indígenas en la sociedad del departamento Rio Senguer resulta muy significativo.
Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado