viernes, 8 de noviembre de 2024

El partido, obviamente, cambió de dirección. Pero Ecuador no sometió a Senegal al nivel que había padecido antes. Sin opciones claras de gol para unos y otros, al menos el combo africano sintió el paso de los minutos con un cierto sosiego. No hubo noticias de Enner Valencia, tampoco Moisés Caicedo tuvo su mejor día. Estupiñán no marcó diferencias en su banda. Fallaron los referentes ecuatorianos, pero Senegal caminó en el filo del abismo y cerca estuvo de despeñarse. Encajó el empate en una acción episódica, un saque de esquina que concedió con cierta displicencia y que el central Félix Torres tocó en el primer palo para que Caicedo remachase en el segundo en una de las jugadas más antiguas del mundo.

De nuevo con el tesoro en las manos, Ecuador lo volvió a dilapidar. Esta vez ocurrió en dos minutos, los que tardó Senegal en sacudirse el estupor, sacar de centro, provocar una falta lateral y colgar el balón al área para que los ecuatorianos se hiciesen un nudo en el despeje y dejasen el balón a los pies del fornido zaguero Kalidou Koulibaly, que lo estampó en la red. Ahí volvieron a evidenciarse las limitaciones de Ecuador, que acabó el partido con dos extremos y dos delanteros, con los centrales al remate, pero apenas generó opciones en el área que no pasasen por pelotazos en busca de un rematador que no llegó. Senegal se plegó, Koulibaly tomó galones para hacerse fuerte en el achique y el resto fue esperar los tres pitidos para festejar la segunda posición en el grupo más flojo del campeonato.

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