Este chileno llegó a la Patagonia entre 1830 y 1832 llevado por Brisbane, con el propósito de traficar en caballos con los aborígenes, pero huyó del barco y comenzó a vivir con una tribu que solía hallarse por las inmediaciones de bahía Gregorio, en el estrecho de Magallanes. Se casó con una nativa, quien hacía de mejor intérprete que él, y pasó a ser considerado por los aborígenes como excelente cazador y buen jinete.
En 1842, andaba aún por el estrecho, cuando ya había dado muerte en público a un hechicero que pretendía tener poder sobre él.
Con los distintos nombres que le dan los cronistas de Santos Santurión, Santorín o Centurión, por la fecha mencionada se relacionó con Allen Gardiner en el barco Montgomery, momento en que defendió a los tripulantes de uno de sus botes, ante la amenaza de un grupo de fueguinos que habían tendido una celada a sus integrantes.
El cacique Casimiro Biguá era integrante de la tribu de San León en 1844, cuando entraron en contacto con los chilenos de Punta Arenas, y según referencias transcriptas por Entraigas, “Juntos hicieron un viaje a Santiago. Santorín murió en el viaje, y Casimiro se entrevistó con el presidente Bulnes (…)”.