martes, 3 de diciembre de 2024

Fue un encuentro a solas, respetuoso, pero tenso. Ninguno de los dos lo solicitó, pero ante la propuesta, tampoco se negaron a sentarse cara a cara. El pase de factura existió, pero fue discreto. Ambos se mantuvieron en sus dichos, pero se cuidaron de no dejar puertas cerradas. ¿Qué acordaron? ¿A quiénes alcanza ese acuerdo? ¿Qué implicancias políticas tiene? ¿Es el inicio del proceso electoral? ¿Cuáles son los riesgos o peligros que ambos observan?

Éstos, junto a otros interrogantes, son algunos que se hacen quienes conviven con el poder político. Pero no solo los referentes partidarios. Empresarios y gremialistas, entre otros, observan con cierta preocupación, los riesgos que correrían sus posiciones de privilegio, en la medida, en que futuros cambios en las relaciones de poder, pongan en tela de juicio, o hagan peligrar, la actual distribución del poder.

La antorcha encendida

La idea de que ambos dirigentes se juntaran, nació hace semanas y quienes la motorizaron fueron “armadores” sindicales provenientes de la actividad petrolera. Las lecturas y las interpretaciones que hacen distintos grupos en torno al futuro político que asumiría Chubut y, particularmente, Comodoro Rivadavia, no es algo que abunde. Las preocupaciones están a la hora del día y los tiempos comenzaron a decantar.

Este escenario, el de mantener sus respectivos espacios de poder, es en lo que coinciden y esta coincidencia, fue la principal razón que motorizó la reunión.

Fue la primera vez, después de las elecciones, que se volvieron a ver las caras. En un principio, no estuvieron muy de acuerdo en realizar el cónclave, pero la insistencia del “entorno”, finalmente los persuadió. Ambos asumieron finalmente, la necesidad de la charla, más allá de las profundas diferencias que ambos evidencian. Ninguno “tiro la toalla”, los dos se mantuvieron en sus respectivas convicciones y la reunión fue, en última instancia, una oportuna ocasión para intercambiar lecturas respecto de los desafíos que sendos representantes asumirán en el futuro cercano.

A juzgar por los resultados que arrojaron las elecciones a gobernador celebradas el pasado 30 de julio, entre Torres y Luque se reúne a casi el 70% del electorado que emitió su voto. El primero obtuvo 117.628 votos (35.77%) mientras que el comodorense lo siguió de cerca con 111.415 votos (33.88%), una diferencia de algo más de 6 mil votos.

Es lógico entonces que, tanto uno como el otro, no solo marquen sus diferencias, sino busquen identificar los puntos de encuentro. Y en lo que coinciden, es algo casi obvio: el peligro para ambas representaciones políticas se llama La Libertad Avanza y el apellido que aparece en el horizonte es el del tilingo y cursi, César Treffinger.

La nada misma convertida en opción

Treffinger jamás ganó una elección por virtud propia, es un consuetudinario derrotado de la política que, alcanzó en la elección para la categoría gobernador, apenas 43 mil votos representando un 13, 10% de los votos válidamente emitidos. En vez de legislar, ahora se dedica a sortear parte de su dieta como diputado, luego de los descuentos por mantenimiento, obvio.

Producto de sus propias limitaciones –que no son pocas- no es Treffinger una amenaza en sí mismo. Pero sí lo es, en la medida que, por el efecto arrastre, integre la propuesta de La Libertad Avanza. De hecho, este vendedor de planes de autos, alcanzó una banca en la Cámara de Diputados de Nación por el solo hecho de haber integrado la lista que encabezó Javier Milei.

“…Lo mismo un burro que un gran profesor…”

Frente a la constante incertidumbre que es la vida política de la Argentina, Milei es, al mismo tiempo, una posibilidad de éxito o de una profunda y nueva decepción. Y su destino quedará definido en la próxima elección. Mientras tanto, su imagen positiva observa una caída importante en el primer semestre del año y la paciencia de los argentinos en torno a la llegada de los momentos de mayor estabilidad económica, parecen comenzar a menguar, junto al crecimiento que observaron los niveles de pobreza e indigencia en la primera mitad de 2024, comprometiendo a más de 25 millones de argentinos.

De todas formas, Milei junto a su hermana Karina, ya anotaron formalmente al partido en la provincia y este fin de semana realizaron el lanzamiento de “La Libertad Avanza” a nivel nacional en Parque Lezama. Con lo cual, la campaña electoral ya está lanzada. El riesgo que observan tanto el gobernador como los principales referentes del peronismo chubutense es que, si a Milei lo comienzan a acompañar los resultados económicos –obteniendo así más respaldo popular- se convierta en un tsunami que le permita tener mayoría parlamentaria y borre así todo lo conocido en la provincia. El brazo armado de esa propuesta nacional es, en Chubut, el ignoto e incómodo César Treffinger.

Ya nos ocurrió: nadie quiso ser gobernador

No sería la primera vez que un escenario parecido se materializa en Chubut. Ocurrió ya con Mario Das Neves cuando en 2003, nadie daba dos pesos por su candidatura a gobernador. Los dirigentes peronistas más reconocidos se peleaban para ocupar cargos legislativos porque descontaban la derrota de Das Neves.

Sin embargo, el escenario fue exactamente el inverso. Das Neves ganó las elecciones que lo llevaron a ser el primer gobernador peronista en cumplir su mandato. El antecedente fue Néstor Perl quien, como recordamos, no alcanzó a finalizar con su turno de gobierno.

Con lo cual, tanto Torres como Luque saben que si no logran convivir civilizadamente –más allá de sus diferencias- existe un peligro real de que ambos pierdan el poder. El problema no es Treffinger, sino un Milei exitoso que arrase en todo el país. Y esta es una preocupación macro en la que ambos coincidieron.

Maquillaje normalizador

El peronismo logró, con muchos problemas, regularizar su realidad interna. Luego de varias idas y vueltas, será finalmente Gustavo Fitta – un delfín de Juan Pablo Luque y Carlos Linares- el próximo presidente del partido. La figura de Fitta no convence, pero el peronismo provincial tampoco tiene demasiados referentes presentables, dignos, para asumir tal función. De hecho, todavía resuena en los tímpanos justicialista el fallo que encontró penalmente responsables de los delitos de defraudación y estafa contra la administración pública a Abel Boyero y Rubén Palomeque en la causa denominada Emergencia Climática I. Hay que recordar además que el tribunal integrado por los jueces Nicosia, Cosmaro y Tedesco, recomendaron que la investigación avance con otros imputados. Algunos muy cercanos tanto a Luque como a Linares.

Por otra parte, la realidad de los partidos políticos ha quedado resumida a la mínima expresión. Con lo cual tampoco se necesita a figuras de gran relevancia. Fitta viene a cumplir el rol de cara visible de un sello de goma que se usa únicamente para la conformación de frentes electoral cada vez que una elección es convocada.

El peronismo sigue conducido por Comodoro

De todas formas, y frente el embate del peronismo valletano con Alfredo Beliz a la cabeza, el peronismo comodorense logró mantener la conducción. No sin críticas internas. Fue José González, el histórico dirigente mercantil petrolero quien sostuvo respecto a la elección interna que “es un mamarracho. Lamentablemente en lugar de sumar voluntades para ver si el Partido Justicialista de una vez por todas puede ganar la provincia, con esta muestra de desunión, de querer imponer candidatos, de que no se habla, de que no se consensua nada, vamos para atrás en lugar de ir para adelante”.

Así y todo, el peronismo se “regularizó” en la provincia y eso le permite a Luque y a Linares presentarse ante los adversarios con los “papelitos en orden” y como triunfadores en el principal partido de la oposición.

No todo lo que brilla es oro

Ahora, esa regularización no necesariamente conlleva a la obtención de mayores tranquilidades. La administración de Othar Macharashvilli es para Luque y Linares un dolor de cabeza no menor, tanto interno como externo. Othar y su gabinete no logran despegar y mucho menos evidenciar volumen político. “Es una administración chata y sin trascendencia” sostuvo un puntero peronista en un asado cuando observa una foto del “Tano” Di Pierro quien aparecía vistiendo una camiseta de Chacarita. “No es para tanto”, le contestó un compañero que todavía tenía en su celular un PDF con las escuchas de la Prefectura. La charla no continuó por el bien del exquisito costillar que descansaba en el asador a punto de ser devorado como los comensales peronistas.

Tanto Luque como Linares son sabedores que, a regañadientes, tienen que apuntar a Othar “porque la “voracidad” de Nacho se lo va a llevar puesto. Si no lo aguantamos, nos va a pasar lo mismo que con Pierangelli cuando Carlos Maestro supo ser mejor intendente que el elegido por Guinle” sostuvieron, ante esta página, dos justicialistas con matizador violeta marca L’oréal en sus canosas cabelleras.

Con lo cual, el tablero se aclaró y bastante. El peronismo petrolero pretende que Torres no absorba a Othar y así continuar manejando a Comodoro Rivadavia. Luque y Linares pretenden mantener su hegemonía en la ciudad a cambio de brindarle a Torres un marco de estabilidad que se deberá ver reflejada –por ejemplo- en la Cámara de Diputados provincial.

Este incipiente proceso de “paz armada” entre ambos bandos, es también muy funcional a empresarios y gremialistas.

Las gerencias de las principales empresas establecidas en la provincia necesitan de este estadio de paz para que sus inversiones no sufran y sus rentas sigan fluyendo como ha ocurrido hasta el momento. Para los dirigentes gremiales también es necesario convivir con este tipo de escenarios porque, en la medida en que la economía se tranquilice y la inflación siga a la baja, “todos y todas” podrán ubicar a sus afiliados (hoy desocupados) no solo en las empresas, sino también en la obra pública.

Las dos grandes estructuras que le dan estabilidad y crecimiento económico a la ciudad y a la provincia son, por un lado, las empresas (operadoras de áreas) fundamentalmente y los gremios más importantes asegurando la paz social. Todos comen del mismo plato. Y este escenario lo conocen a la perfección tanto Torres como Luque.

Tras la reunión del pasado jueves, resta encontrar respuestas a interrogantes que son no menores. El peronismo -gobernado por referentes de Comodoro Rivadavia y con figuras como la de Florencia Papaiani participando del gobierno de Nacho Torres- ¿renunciará a su natural aspiración de competir con candidatos serios a la gobernación en 2027? ¿Qué ocurrirá con dirigentes como Emanuel Collinir, integrante de “La Campora”? que compitió por la intendencia de Trelew y apenas le alcanzó para una banca en la Cámara de Diputados de la provincia, por ejemplo.

Del otro lado, si se materializan estos acuerdos, que ocurrirá con figuras como la de la Diputada Ana Clara Romero quien, probablemente, intente competir por la intendencia de Comodoro Rivadavia. Romero ha traccionado fuertemente en la Cámara de Diputados de Nación en temas muy sensibles como la boleta única de papel, la declaración de la educación como servicio esencial y ahora, muy próxima a lograr la aprobación de la ley del hidrógeno verde. Su labor parlamentaria no es menor pero, ha insistido en varias ocasiones, su intención de volver a la ciudad.

Más allá de toda especulación política, incluso periodística, lo cierto es que Torres y Luque parecen haber comprendido y aprehendido que la definición de los escenarios políticos no solo depende de ellos. La cuestión y la agenda nacional tienen, todavía, una incidencia notable a la hora de la definición de los votos. Con lo cual, no todo depende de ellos. Pero sin el acuerdo entre ambos, el escenario presente y futuro puede ser aún peor.

 

Por Sergio Cavicchioli para argentarnoticias.com.ar 

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