sábado, 27 de julio de 2024
Imagen ilustrativa

Se inicia un nuevo período en el año 1904 con la creación del Gobierno municipal, siendo las elecciones realzadas el 25 de marzo el acto democrático más importante registrado en Trelew hasta ese entonces y en cuyo proceso hubo un entusiasmo pocas veces visto en la zona.

La importancia de Trelew como pueblo ya era evidente, su población sobrepasaba ligeramente los 1.000 habitantes y los problemas comunales se agravaban a diario, con el aumento de la población, principalmente el relacionado con el suministro de agua, pudiéndose asegurar que este fue uno de los factores primordiales que contribuyeron para que las autoridades, atendiendo al pedido de la población, crearan el gobierno comunal.

Era esta una vieja aspiración de los vecinos de la localidad que deseaban tener un gobierno propio y que, a pesar de haber sido creada la Corporación Municipal en enero de 1903, no se había logrado que la gobernación accediese a convocar a elecciones pese a las muchas gestiones que se habían realizado durante el año anterior para concretarlo, lo que recién ahora se lograba para alegría de todos los pobladores de Trelew y su jurisdicción, que lo consideraron como un verdadero triunfo democrático.

Aquí es donde nació el entusiasmo cívico  de nuestro pueblo, habiendo en muchísimas ocasiones tenido la oportunidad de oír que la población de Trelew era la más politizada de toda la provincia.

Si bien existía entusiasmo en el pueblo por las elecciones municipales que se avecinaban, no ocurría lo mismo en la zona rural, de ahí que en “Y Drafod” del 11 de marzo de 1904, el señor John Howell Jones hizo publicar una nota en la que hacía resaltar la importancia que embestía este acontecimiento, haciendo un llamado a los electores para que se “despertasen” y tomasen conocimiento del trabajo que ello había significado para algunos, que con su perseverancia lograron allanar el camino para llegar a estos sufragios, “que era un privilegio y un deber que todos debían cumplir”.

Aquí se hacía referencia al enconado rechazo del Honorable Concejo Municipal de Rawson, el que ponía trabas a Trelew para que no alcanzara su mismo rango, tal vez celoso de su hegemonía política y ante el temor de verse superado por el pujante pueblo vecino.

Como queda expresado, la iniciación del año 1904 sorprende a la población urbana de Trelew con el entusiasmo propio de lo novedoso, de lo que se realiza por primera vez y todos estaban ansiosos de ver triunfar a su candidato favorito.

Por su parte, la Gobernación por Resolución del 13 de febrero de 1903, ya había delimitado la jurisdicción de Trelew, fijando como límite al este, con la zona de Rawson, la recta que uniese la chacra número 73 con la 69, mientras que al oeste, el límite con Gaiman, quedó establecido con la recta que uniese las chacras 197 con la 194.

El problema del agua de agudizaba cuando no había en la zanja grande, ya que había que traerla en barriles desde el río. Por consiguiente no es de extrañar que el Honorable Concejo Municipal, en su primera sesión del 18 de abril de 1904, encomendase a la presidencia para que suministrara en la reunión siguiente, los datos que pudieran sobre cañerías y maquinaria, y al concejal Hahn, se le encargará que “levante un censo de las propiedades y bienes dentro de los límites del pueblo con motivo de proveer al pueblo con agua del Río Chubut”. De lo expuesto surge que el Municipio de Trelew nació ante la necesidad de dotar de vital elemento a su población y la solución que los ediles dieron al problema fue tan eficiente, que para el año 1912 se emplazaba a todo el vecindario para que se conectase el servicio de agua corriente en sus domicilios, dando con ello una demostración de espíritu progresista que los animaba, a la vez que colocaba a Trelew entre los pocos pueblos adelantados del país que disponían de tan adelantado servicio sanitario.

Este período se inicia con un gran triunfo cual es lograr la instalación de agua potable en el pueblo no es menos cierto que al terminar el mismo en 1923 logra cerrarlo con un broche de oro, con otro gran triunfo con la instalación del Colegio Nacional, lo que permitió  a la juventud patagónica ampliar sus conocimientos para luego perfeccionarlos en aulas universitarias.

Texto extraído del autor Matthew Henry Jones

 

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