sábado, 20 de diciembre de 2025

El lunes 14 de agosto de 1916 se cometió un atentado contra el tren que regresaba desde Madryn a Trelew, al que hicieron descarrilar con piedras colocadas sobre las vías. Felizmente no hubo que lamentar desgracias personales y según el comentarista, no era ésta la primera vez que ello ocurría. En Madryn eran frecuentes los problemas entre la Compañía F.C.C. Chubut y los obreros que trabajan en el muelle, cargando y descargando los barcos, por lo que se me ocurre que los motivos de los atentados habría que buscarlos en aquellos enfrentamientos.

Otro hecho delictivo que conmovió a la población el domingo 3 de septiembre, fue el amotinamiento de más de 20 presos en la cárcel de Rawson, la mayoría de los cuales eran peligrosos delincuentes que tenían muertes en su haber, noticia que cuando se conoció en primer momento se dijo que habían logrado escapar; que muchos de ellos estaban armados y que la población estuviese alerta dada la peligrosidad de los evadidos. Como es natural varias personas provistas de armas de fuego se reunieron para colaborar con la policía, recorriendo las chacras en dirección de Rawson. Al cabo de un tiempo llegó la noticia de que los presos sublevados no habían podido escaparse, pese a su intención de querer hacerlo, con lo que la tranquilidad volvió a reinar en el pueblo. A raíz de la gravedad de este hecho y de las consecuencias que pudo haber tenido, la superioridad dispuso el traslado a Buenos Aires de los 10 presos más peligrosos alojados en la cárcel de Rawson, lo que se concretó el 19 de septiembre.

Fragmento del libro “Trelew, un desafío patagónico”, de Matthew Henry Jones (El Regional)

 

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