sábado, 22 de marzo de 2025

 

Los miembros de la Compañía Serrano- Mendoza, sin dudas, tenían motivos sobrados de enojo. Uno de sus miembros, arribado con el primer contingente de artistas que llegaron a Trelew el 20 de enero, era Antonio Soto. Lo hizo en el medio de la huelga de empleados de comercio, que en solidaridad con los empleados de Don Victorio Gillio Matté protestaban por las condiciones de trabajo, y pedían mejoras en el régimen laboral. Antonio Soto, español y anarquista como tantos españoles del momento, se zambulló de lleno en los sucesos locales participando de los mítines populares, en los cuales hizo gala de su fluida oratoria, ejercitada tantas veces sobre el escenario. Mientras tanto, lo que había comenzado como la protesta de un sector de empleados de comercio, se convirtió en un boicot popular contra las más grandes empresas comerciales de la zona, y en un levantamiento contra el gobernador y el jefe de policía del Territorio. Encarcelado Soto, acusado de ser un agitador “maximalista” llegado a tal fin de Buenos Aires, fue expulsado del Territorio. Sin dudas, los miembros de la Asociación Española también tendrían sobrados motivos de enojo. La xenofobia ante los extranjeros afloró de una manera muy evidente durante estos meses, y estuvo presente en numerosos documentos, apuntalando el por qué y el cómo del accionar oficial. Sin embargo, la posición de algunos de los dirigentes de la Asociación, la de los comerciantes más grandes, ha de haber sido preocupantemente ambigua ya que muchas de las reivindicaciones sostenidas por los obreros impactaban sobre sus propios intereses. A pesar de ello, como pudimos constatar por el apartado citado y por otras fuentes que no lo han sido, el colectivo español y algunas de sus figuras institucionales de más relieve, fueron blanco del accionar del Gobernador interino, prueba ésta de que lo que primó en la Asociación como política a seguir durante los sucesos fue la defensa de la integridad de sus miembros más débiles.

Fragmento libro “El living de Trelew”, de Diego Dante Gatica

 

 

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