Paz y Betelu, un cordobés y un vasco, fundan el establecimiento modelo “El Triunfo”
Este establecimiento que es un modelo en su género, pues todo en él revela el conocimiento que en materia de ganadería poseen sus propietarios, cuenta con todas las comodidades requeridas para la explotación a que se la destina. Fue poblado el campo donde está ubicado el establecimiento en el año 1924 por el señor Armenio P. Paz en sociedad con el señor Martín Betelu, y ocupa los lotes 22 y 14, fracción B y C, sección A III, en Arroyo Verde (Chubut).
Uno de los fundadores del establecimiento, don Armenio P. Paz, es oriundo de en Capilla del Monte, provincia de Córdoba, donde naciera el año 1894; Su primera actividad la dedicó a la explotación forestal en el Chaco Austral; luego ingresó al ferrocarril de Santa Fe, donde permaneció algún tiempo.
En 1911 se trasladó a Chubut, a ocupar un puesto de responsabilidad en la administración de las estancias del señor Alejandro Ferro, que posee en la Península Valdés. Allí permaneció durante trece años, logrando, merced a su capacidad y contracción al trabajo, acreditarse como bueno.
Sus muchos años de trabajo le permitieron reunir con sus economías lo necesario para independizarse y los planes concebidos se harán realidad, irá a manumitir esa tierra a la que le ha tomado cariño en sus largos años de radicación, y así lo hace formando en sociedad con don Martín Betélu, el establecimiento “El Triunfo”.
El copropietario del establecimiento ganadero “El Triunfo”, don Martín Betelu es de nacionalidad española, nacido en Beresteguy, pintoresco pueblo de Guipúzcoa; como muchos de sus connacionales vino a la República Argentina, donde ya tenía hermanos que se hallaban radicados. Desde joven, pues vino de temprana edad, se dedicó a las difíciles tareas del comercio, en las cuales por su estudio y observación logró adquirir conocimientos y preparación suficiente para descollar; llegando a integrar la firma de Betelu Hermanos, Aheto y Compañía, que poseía una de las más importantes casas de comercio existente en la Península Valdés, la que siguió bajo su nombre al extinguirse la firma social.
Más tarde entreviendo el porvenir que esperaba a la ganadería, pobló campo y se hizo hacendado, poniendo en esa tarea de explotar la riqueza de esa industria, empezó a desarrollar una acción meritoria que con poco le permitió ir escalando los peldaños de satisfacción de su ideal.
También en la vida pública, mereció su designación en varios periodos de miembro de la Comisión de Fomento da Puerto Pirámides; miembro de la Cooperadora Escolar, corresponsal de diarios metropolitanos y otros cargos honorarios que siempre desempeñó con dedicación y gran altura de miras.
Fragmento revista “Golfo Nuevo, álbum biográfico ganadero”