domingo, 8 de junio de 2025
Antiguo acceso a los talleres del ferrocarril de Puerto Madryn

Estas poblaciones nacieron de acuerdo con las necesidades de los agricultores que estaban instalados en las distintas chacras que poblaban todo el Valle Inferior del río Chubut y ambas localidades se fueron gestando al mismo tiempo.

Ahondando en los antecedentes de la Compañía del Ferrocarril Central Chubut, y de la Compañía Mercantil Chubut, se puede determinar que la comercialización de las cosechas y demás productos, dieron nacimiento a estos asentamientos poblacionales.

Justamente en el año 1885, se reunió en Gaiman, un grupo de colonos, con la intención de formar una cooperativa agrícola, para solucionar ese problema. Luego de varias deliberaciones, el 25 de mayo de ese año, se nombró el primer directorio de la “Compañía Mercantil Chubut”, se aprobaron los estatutos que regirían su funcionamiento y se pusieron en venta las acciones correspondientes.

El Reverendo John C. Evans presidió la reunión y Thomas B. Phillips compró las primeras acciones. Mientras tanto se había enviado a Buenos Aires a Thomas Austin a contratar barcos para transportar lo producido en el Valle Inferior del río Chubut y a la vez traer mercaderías necesarias para la Colonia. Su gestión fue muy exitosa.

Si bien con esta cooperativa se resolvían algunos problemas para comercializar la producción, aún restaba solucionar el problema del transporte.

Hasta ese momento las cosechas eran trasladadas en carros hasta el puerto de Rawson, pero las características naturales del mismo, presentaban muchas dificultades para que los barcos las cargasen, lo que volvía a complicar la comercialización de las mismas. Pequeñas embarcaciones tenían que trasladarlos hasta “Bahía Nueva” (hoy Golfo Nuevo), donde a su vez eran reembarcados en naves de mayor calado.

Había que encontrar otros medios de transporte más ágiles, económicos y directos, que llevaran los productos sin pasar primero por el Puerto de Rawson. Para eso, se debía atravesar un desierto de unos 70 kilómetros sin la posibilidad de conseguir agua.

A Thomas Davies (Aberystwyth) se le ocurrió la posibilidad de construir una línea férrea entre el valle y el mar. Le comentó la idea al ingeniero Edward J. Williams, quien se entusiasmó con el proyecto. Ambos le pidieron su opinión a Lewis Jones, por considerarlo el más capacitado para iniciar empresas de semejante envergadura, pues sabían que les esperaba una tarea difícil.

Luego de que el ingeniero mensurara los terrenos y viera que la obra se podía llevar a cabo sin inconvenientes, Lewis Jones obtuvo del Gobierno Nacional la concesión de tierras para construir una línea ferroviaria y una legua de terreno a cada lado de la vía.

El 20 de octubre de 1884 el Poder Ejecutivo sancionó la Ley nº 1539 donde se permitía Construir y explotar el ferrocarril entre el valle y Golfo Nuevo, con la cesión de cinco kilómetros de tierra de fondo a cada lado de la vía.

Sin perder el tiempo, Lewis Jones y Thomas Davies partieron hacia Inglaterra en busca de capitalistas dispuesto a invertir en Chubut. Fue una empresa muy complicada, pero luego de mucha preocupación, Lewis Jones conoció en Gran Bretaña al ingeniero inglés Asahel P. Bell, quien se mostró interesado en la propuesta. Era octubre de 1885.

Comenzando el año 1886, varios interesados de Liverpool y algunos comerciantes importantes de Buenos Aires, formaron la “Compañía Ferrocarrilera del Chubut”. Entre estos asociados reunieron un capital de 7.000 libras esterlinas.

El ingeniero Bell contrató un barco y compró los materiales para llevarlos a la Patagonia. El 28 de julio de 1886, casualmente para el día de la “Fiesta del desembarco”, llegó el vapor Vesta desde Gran Bretaña con 465 pasajeros, entre los que se encontraban los 300 obreros contratados en Gales, para construir tanto la línea férrea, como las viviendas para ellos mismos. Su pasaje era gratuito, recibirían un sueldo durante el viaje y mientras durase la obra. Y una fracción de tierra. Esta última promesa fue hecha sin conocimiento por parte de la compañía ferroviaria. Los terrenos cultivables habían sido mensurados y asignados a las familias ya establecidas, lo que provocó serios problemas cuando llegaron los obreros.

Comenzaron los trabajos de inmediato. Se dividió a los trabajadores en dos grupos, uno que partiría desde Golfo Nuevo y otro desde el Valle. Desde ambos extremos se inició el tendido de vías. Los solteros iniciaros la obra desde la costa marítima, y se alojaron en unas precarias viviendas que no estaban preparadas como para ser utilizadas por una familia. Desde el valle, lo hicieron los casados, cuyas familias fueron acogidas por los pobladores ya instalados y en algunas precarias también.

Por Stella Maris Dodd, del libro “Chubut, tierra de arraigos”

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