
El motor de las transformaciones sociales y económicas fue el sector industrial, que con su expansión dinámica incrementó el producto bruto y la creación de puestos de trabajo directo e indirecto. El proceso industrializador – cuyo mayor impacto en Chubut se manifestó entre 1973-1985- se caracterizó por:
- La creación de 6.000 nuevos puestos de trabajo industrial directo, que representaban el 20% de todo el incremento del empleo industrial producido en el país en ese período.
- La cuadruplicación del Producto Bruto Industrial Provincial y la duplicación de su participación en el PBG, pasando del 14,3% al 29,6%, ocupando el primer lugar en el ranking provincial de actividades económicas.
- La efectiva inversión en la construcción y puesta en producción de 64 proyectos industriales.
- Mayor generación de empleos por unidad de capital invertida: La inversión promedio por puesto de trabajo industrial ha estado en los 57.000 dólares, en tanto que el promedio nacional se situaba en el doble de ese monto.
- Tecnología y organización empresarial de avanzada que, con mano de obra altamente capacitada, posibilitaron productividades relativas superiores a los promedios nacionales en algunas actividades: +30% en tejidos sintéticos; +63% en procesamiento de pescado; +150% en fibras artificiales y sintéticas y en aluminio.
- La Triplicación de la participación provincial en el Producto Bruto Industrial nacional, pasando en el citado período del 0,55% al 1,61%.
- La especialización en tres rubros que alcanzaron relevancia nacional: Textil, desde fines de los 50′ con epicentro en Trelew, y aluminio y procesamiento de pescado desde comienzos de los 70′ en Puerto Madryn. En su gran mayoría, las plantas instaladas no consistieron en relocalizaciones sino en emprendimientos nuevos, con inversiones reales en instalaciones y equipamiento moderno que explican sus altos niveles de productividad y calidad. En 1986 las capturas pesqueras chubutenses alcanzaban al 30% del total nacional, y ALUAR producía el total nacional de aluminio primario. En 1981 la mitad del consumo de fibras e hilados textiles de Argentina se concentraba en Chubut, y en 1985 la industria textil representaba la mitad del valor agregado provincial.
- La continuidad del proceso de radicación industrial a lo largo de 30 años (1956-1986) con alto porcentaje de permanencia de firmas que reinvirtieron y se actualizaron tecnológicamente. El tamaño promedio de las plantas creció, y al final del período predominaban las medianas y grandes (51 a 200 operarios), correspondiendo el 70% del valor agregado industrial a 57 plantas.
- Participación decisiva de la promoción industrial en el crecimiento del sector: en 1984, en Chubut, los emprendimientos promocionados aportaban el 90% del valor agregado industrial, y la tasa de promoción oscilaba entre un 70% para la pesca y un 100% para textiles y aluminio.
La oferta abundante y diversificada de puestos de trabajo sobre una población escasa produjo:
- Inmigración. El crecimiento de la población fue muy superior a la media nacional, cuyo ritmo duplicó alimentado por la inmigración extraprovincial: Chubut pasó de 142.412 habitantes en el censo de 1960 a 357.042 en el de 1991 (+150,7%). En el censo de 2001 son 413.240 (+15,7 %).
- Urbanización. La población rural retrocedió no sólo en términos relativos sino también absolutos: Al haber alcanzado el sector ganadero su techo como generador de puestos de trabajo, se transformó en expulsor de población excedente. En Chubut, entre 1960 y 1991, la población rural cayó de 51.861 personas a 22.292 (de 36,42% a 6,24% del total provincial), en tanto que la población urbanizada saltó en el mismo período de 90.551 a 334.897 (de 63,58% a 93,76% del total). (Ver gráfico 1). En el censo de 2001 la población rural cayó a 19.519 (4,7% del total), y la urbanizada ascendió a 393.721 (95,27% del total).
- Polarización. El crecimiento explosivo poblacional se concentró en algunos centros urbanos, alimentado por la inmigración joven de origen extraprovincial (convocada por la industria, el comercio, la administración pública y las profesiones liberales), y del interior de la provincia (de baja calificación laboral, que mayoritariamente se ocupó en la construcción y en los servicios no calificados). En Chubut, cuatro localidades costeras (Comodoro Rivadavia, Trelew, Rawson y Puerto Madryn) sumaban el 77,70% de la población total de la provincia. En Santa Cruz se daba una situación similar.
- Jerarquización urbana. El nacimiento y expansión de actividades y servicios modernos y de mayor complejidad (en educación, salud, cultura, comunicaciones, transportes, apoyo técnico, investigación) jerarquizaron las prestaciones urbanas, mejorando notoriamente la calidad de vida en la región, elevando su nivel socio cultural y generando condiciones para la creatividad intelectual, el arte, la ciencia y la tecnología.
- La configuración de un horizonte de progreso previsible y seguro, con plena ocupación y altos niveles de ingreso, indujo el arraigo definitivo como proyecto de vida de los inmigrantes, que constituyeron sus familias y sus hogares para quedarse.
- Rejuvenecimiento demográfico. La pirámide poblacional fue profundamente transformada por el ingreso de población joven y por la alta tasa de natalidad de los hogares que constituyeron: los “hijos de la inmigración”, nacidos desde comienzos de los 70′, produjeron una ola generacional que rebasó al sistema educativo primario y secundario a partir de 1980 obligando a la construcción masiva de escuelas, e impactando directamente, desde fines de esa década, sobre el mercado de trabajo y la oferta de educación superior.
Fragmento del libro “Trelew y su hinterland 1889-1999”, de Horacio Ibarra y Carlos Hernández