Las fuertes lluvias del pasado fin de semana volvieron a poner en evidencia la falta de obras necesarias para evitar inundaciones en varios barrios de Comodoro Rivadavia. Vecinos del barrio Abel Amaya y del barrio Juan XXIII expresaron su frustración y exigieron respuestas concretas de las autoridades.
Francisco, un vecino del barrio Abel Amaya, fue contundente al describir la situación: “Ahora caen dos gotas y nos inundamos todos, antes no pasaba esto. Queremos hablar con las autoridades que aparecen con sus promesas pero cuando se va la lluvia no vuelve nadie al barrio. Se tienen que hacer las obras porque esto no da para más”, explicó.
El vecino también remarcó que hace años que sufren problemas similares, pero las soluciones no llegan: “Siempre es lo mismo, vienen los políticos, nos llenan de promesas pero después se van y todo queda en la nada. Cada vez que caen dos gotas de agua los vecinos nos encontramos sacando barro. Afortunadamente en mi vivienda no entró agua, pero a la gente de la otra cuadra sí”.
Por su parte, Víctor Bonzano, presidente del barrio Juan XXIII, detalló que la lluvia fue fuerte y dejó nuevamente sectores inundados por problemas históricos de drenaje: “La lluvia del fin de semana fue fuerte y pasó lo que pasa siempre, hacia abajo se estanca el agua por toda esa cuenca que no termina de drenar”.
Bonzano explicó que los trabajos que debían realizarse fueron licitados y adjudicados, pero nunca se iniciaron: “Son obras que yo no sé si con el presupuesto municipal se pueden hacer. Nosotros le planteamos eso al Intendente, todos sabemos lo que hay que hacer. El tema es de dónde sale el dinero. Alguien tiene que tomar un crédito o financiarse con algún organismo crediticio”.
Además, resaltó que la comunidad se encuentra cansada de promesas sin cumplimiento y de la falta de soluciones reales: “La gente está cansada de lo que escribe uno en Twitter y lo que escribe el otro, y las chicanas, y la hora de preferencia en el Concejo Deliberante, en la Cámara de Diputados Provincial. La gente quiere respuestas y soluciones”.
Este nuevo reclamo se suma a una larga lista de pedidos que, según denuncian los vecinos, nunca son atendidos de manera efectiva. Mientras tanto, cada nueva tormenta representa una amenaza constante para sus viviendas y su calidad de vida.