Los constantes avances científicos y descubrimientos en materia de salud están provocando que, poco a poco pero de manera incesante desde hace décadas, la esperanza de vida siga creciendo. Esto se nota tanto en los países más avanzados como en las zonas en las que, por causas varias, que la longevidad suele ser más corta. Enfermedades endémicas pero también crónicas están encontrando tratamientos que retrasan un fallecimiento.
La inmortalidad, está claro, es cosa de ciencia ficción, pero el panorama parece que sigue abriéndose. En este sentido, historias como las de Maria Branyas, la catalana de 116 años que hace unos meses se convirtió en la persona más longeva del mundo, hacen pensar que vivir muchos años, incluso más allá de los 100, y gozando de una buena salud es posible.
Su caso es un récord en al actualidad pero no en los registros históricos, ya que allí destaca la francesa Jeanne Calment, que hace ya casi tres décadas murió con 122 años. Además, un interesante estudio publicado hace dos años por la Universidad de Washington (en Estados Unidos) aporta más datos esperanzadores para seguir alejando el fin de la vida.
Ver 130 velas en un pastel será posible
Y es que un grupo de investigadores determinó que el ser humano podría llegar a vivir hasta los 125 años a finales de este siglo y que muchos podrían superar los 130 años. El estudio, que se elaboró a partir de modelos estadísticos sobre los extremos de la vida humana y que se publicó entonces en la revista ‘Demographic Research’, apuntaba que la probabilidad de que una persona llegue a los 126, 128 o 130 años será del 89%, 44% y 13% respectivamente.
La estadística analizada, realizada a partir de casos de abuelos centenarios de varios países, veía que al menos una persona vivirá en las próximas décadas entre los 125 y 132 años. «Los supercentenarios [personas de más de 100 años] son atípicos, pero la probabilidad de batir el récord de edad actual aumenta si el número de supercentenarios crece significativamente. Por eso, con una población mundial en continuo crecimiento, eso no es imposible», concluía el estudio, tal y como recogieron varias agencias.
Según sus investigadores, a día de hoy es casi igual de probable vivir un año más tanto a los 110 como a los 114 años. «No importa la edad que tengan entonces porque siguen muriendo al mismo ritmo. Han superado todas las cosas que la vida les lanza, como las enfermedades. Mueren por razones que son en cierto modo independientes de lo que afecta a los más jóvenes. Se trata de un grupo muy selecto de personas muy robustas», apuntaban los expertos.
La pregunta, con todo, seguirá sobre la mesa. ¿Cuánto tiempo puede una persona llegar a vivir? De ello seguirá dependiendo los avances en sanidad y la mejora los hábitos saludables y de los servicios sanitarios disponibles.