Parte del optimismo de esos años se da a partir del anuncio de la ansiada obra del acueducto, mientras la economía local es una gran burbuja que se infla al ritmo de los contratos petroleros. La gran demanda de viviendas lleva hasta el cielo los alquileres, mientras se multiplican las leyendas de los yanquis quemando billetes en los grandes cabarets del momento.
El Comodoro del comienzo de la década del ’60 está atado al período iniciado en 1958 y que culmina en 1963, con la anulación de los contratos petroleros entre Y.P.F. y las compañías.
Mientras dure la gran explotación petrolera, la ciudad experimentará grandes transformaciones, urbanas y sociales. Con 33.597 habitantes en Comodoro propiamente dicho, la población total del Departamento (incluyendo los campamentos petroleros) suma, a principios de la década, 56.977 habitantes’. De ese total, el 30 por ciento es extranjero, elevándose al 36 por ciento si se considera sólo al ejido municipal de ese momento.
La actividad laboral en torno al petróleo atrae nuevas corrientes inmigratorias, desde Chile y del norte de la Argentina, por lo que se produce un gran crecimiento de barrios periféricos. El primer intendente comodorense, Antonio Morán, ha recordado así aquellos tiempos:
Cuando asumimos (en 1958), el pueblo no tenía ejido municipal. Había que determinar los sentidos de circulación de las calles, porque hasta ese momento eran todas doble mano. Los terrenos llegaban hasta la calle 13 de Diciembre, pero hacia el sur no era de la comuna. Entonces, primero nos abocamos a la tarea de conseguir que los legisladores provinciales nos hicieran el ejido municipal. Después pudimos hacer los grandes loteos en barrio Industrial, Roca o Pueyrredón. Con las primeras casas que sacamos del barrio Industrial, donde hoy está el frigorífico Siracusa y se estaba haciendo una villa miseria, comenzamos a formar el barrio Las Flores. Después, cuando nos quedamos sin terrenos, comenzamos con La Floresta. Fueron 4 años de crecimiento brusco, en los que estuvimos apremiados por los hechos y después nosotros teníamos que planificar. Entonces, la ciudad creció de golpe, porque hasta poco antes del ’60 llegaba hasta la calle 13 de Diciembre: ahí estaba solamente ese barrio, que era de Y.P.F.; y el barrio 9 de Julio. Donde hoy está la Escuela 13, del barrio Fuchs, había una cancha de fútbol. El barrio Industrial alcanzó un poderío excepcional en 4 años. Pero creo que el período en que la ciudad más creció fue durante la Gobernación Militar. En nuestra gestión, encaramos muy fuerte el tema del acueducto. También teníamos en la plataforma el tema del puerto, pero pensamos que si reclamábamos dos grandes obras, no íbamos a conseguir ninguna. Por eso dedicamos todo nuestro esfuerzo al tema del agua”.
Extraído del libro “Crónicas del Centenario”, editado por Diario Crónica en 2001