Mientras las cerealeras se ponen el anuncio del “dólar soja” al hombro y prometen que llegarán u$s 5000 millones durante septiembre, las entidades de la mesa de enlace optaron por no participar del anuncio, criticar aristas de la medida y reclamar una unificación cambiaria -que, en los hechos, significa una devaluación.
La Cámara de la industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) garantizó u$s 5000 millones luego de la publicación del DNU que fijó un tipo de cambio de $ 200 para la soja vendida durante este mes.
Esa cifra se compone de u$s 3000 millones que se arrimarían gracias a esta medida, otros u$s 1000 millones por ventas de maíz y u$s 1000 millones extra del complejo sojero a “precio viejo”, con industrialización de porotos comprados antes de la medida.
REACCIONES AL ANUNCIO
El ministro de Economía, Sergio Massa, presentó la medida luego de idas y vueltas de la Secretaría de Agricultura con técnicos de las entidades que componen la mesa de enlace. Todas, según voceros oficiales, manifestaron acompañamiento “en off”.
El más crítico, indicaron, fue Sergio Achetoni, presidente de Federación Agraria, quien dijo que este “dólar soja” dejaba afuera a productores chicos que ya vendieron sus stocks. “Se trata de una medida que, para intentar resolver una una necesidad coyuntural del Estado, vuelve a brindar beneficios a los mismos actores de siempre”, dijo Achetoni.
“Una vez más, pese a que nos mencionó en su presentación como posibles destinatarios de un supuesto programa, los pequeños y medianos productores y las economías regionales no somos destinatarios ni beneficiados por las políticas públicas anunciadas”, siguió. “Estamos convencidos de que debe haber una única paridad y no una mejora para un producto y nada más”, continuó.
En esa línea, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, también pidió “un dólar único, sin brecha, que es algo que necesita todo el sistema para poder funcionar correctamente”. Pino reconoció que la medida “debería representar una mejora en el valor del producto”, pero este sigue “lejos de acercarse al precio internacional”.
Al ser consultados, voceros de Confederaciones Rurales (CRA) remitieron al comunicado que publicaron la semana pasada, cuando trascendió la medida. La normativa ahora oficializada “constituye un evidente agravio por trato desigual para el resto de los productores, que sin contar con este supuesto beneficio deben afrontar la venta de sus producciones, mediante la liquidación de dólares al tipo de cambio oficial, visiblemente retrasado, frente a las demás variables de la economía”.
La entidad que preside Jorge Chemes concluyó que “el tipo de cambio oficial no es un problema de la soja, es un problema que tiene toda la producción del campo”.
Coninagro, entidad que semanas atrás recibió a Massa, no hizo comentarios sobre la medida.
MEJORA PARA EL PRODUCTOR Y DUDAS
Según la consultora FyO, el “dólar soja” mejora el valor que recibe el productor en un 44%. La brecha entre el dólar oficial y el MEP cae del 102% al 40% por un mes.
FyO consignó que el DNU crea dos incentivos para economías regionales y productores, pero de los que no se dieron detalles. Por un lado, la creación de un Fondo Incremento Exportador, que se nutrirá del diferencial que recaudará el Estado por las retenciones que cobrará de ese dólar a $ 200 y que irá a otorgar un bono a las poblaciones más vulnerables, vía Anses, y al “estímulo, producción y desarrollo de pequeños y medianos productores y economías regionales”.
Por el otro, por la creación de un “incentivo al productor” que venda el 85% de su cosecha, el que podrá acceder a beneficios para el ciclo 2022 / 2023. El Gobierno no dio detalles de ninguno de estos incentivos.