La casa Louis Vuitton es la más valiosa del mundo entre las etiquetas de lujo con una valuación que supera los u$s 124.000 millones. No obstante, sus orígenes están marcados por la historia de un niño que nació en una familia obrera y logró, con esfuerzo, escalar posiciones con sus baúles hechos a mano.
Con solo 14 años, Louis Vuitton emprendió a pie su travesía rumbo a París. Lo separaban más de 400 kilómetros desde su natal Jura. En el camino se las rebuscó y trabajó de varias cosas hasta que finalmente en 1837 llegó a la capital francesa. Ahí conoció a un señor de apellido Marechal quien lo tomó como aprendiz en su negocio de baúles.
En aquella época los baúles eran un bien muy preciado, en particular en la aristocracia. Los largos viajes en carreta, barco y tren transformaban al equipaje en un objeto importante. Tenía que ser resistente y, al mismo tiempo, coqueto. Vuitton aprendió el oficio y se volvió uno de los principales fabricantes de la empresa.
RICOS Y FAMOSOS
El nombre del joven empezó a hacerse conocido entre las familias de alcurnia pero su posición se potenció luego de que la esposa del emperador Napoleón III lo adoptara como su artesano oficial. Eso le abrió el círculo de los clientes más adinerados. En 1854, tras 17 años trabajando con Marechal, se independizó y abrió Louis Vuitton Malletier.
Louis Vuitton aprovechó su emprendimiento para probar nuevos diseños y modelos. Y una de sus primeras líneas de baúles revolucionó el mercado: la Louis Vuitton Steamer Trunk. Se trataba de una valija de tela gris impermeable que traía varios compartimentos, sin embargo su novedad pasaba por su tapa. Anteriormente, los baúles tenían forma de domo para repeler el agua, en cambio el empresario francés lo hizo plano para que el equipaje pudiera apilarse.
Luego llegaron sus versiones con trama a rayas en 1876 y el famoso damero en 1888. Mientras tanto, la compañía crecía. La firma se mudó a un taller más grande en Asnières, al noreste de Francia, no solo para sumar producción sino también por una cuestión logística. Esta nueva planta estaba cerca del río Sena y, de esta manera, tenía un acceso directo para transportar sus ventas e insumos.
CANDADO A PRUEBA DE ILUSIONES
Su hijo, Georges, entró a la empresa familiar y junto a su padre diseñaron una nueva cerradura para prevenir robos a los baúles. Los Vuitton incluso desafiaron públicamente al ilusionista Harry Houdini a que intente vencer a su candado. El fundador continuó al frente de la compañía hasta su muerte en 1892 y cuatro años más tarde Georges introdujo el reconocido monograma con sus iniciales a todos los productos de la marca.
Los baúles siguieron siendo el fuerte de Louis Vuitton hasta que en 1925 introducen los bolsos de mano. El primero de ellos fue diseñado personalmente para Gabrielle “Coco” Chanel. Y en los 60 y 70 potenciaron esta unidad de negocios.
HOLDING EN FAMILIA
En 1987 la firma se fusionó con el gigante de bebidas Möet Hennessy cuya unión dio lugar al holding LVMG. Para ese momento Louis Vuitton además de equipajes también manejaba las fragancias Givenchy y tenía viñedos en Francia en los que elaboraba espumantes.
La familia todavía forma parte de la marca. En 2019 murió Patrick-Louis Vuitton, tataranieto de Louis, quien se encargaba de la división de órdenes especiales. Hoy siguen en la empresa sus hijos, Benoit y Pierre.
LA MÁS VALIOSA DEL MUNDO
Según el ranking de Kantar BranZ, Louis Vuitton actualmente es la marca de lujo más valiosa del mundo con un valor de mercado de u$s 124.273 millones. En 2022 incrementó en un 64% su valuación y dejó atrás a etiquetas como Hermés, Chanel, Gucci y Dior.
En los últimos años la marca, que volvió a la Argentina en 2018 tras su retirada en 2012, presentó varias novedades. En 2019 presentó dos modelos de carteras con pantallas flexibles integradas y al año siguiente abrió su primer restaurante y cafetería en Japón. Hoy la división de indumentaria representa un 48% de los ingresos del grupo.