sábado, 18 de enero de 2025

Mientras Don Roque González continúa con su empresa, Juan Do Brito, un inmigrante portugués, es otro impulsor del cine en el pueblo. En 1930 ya funciona el Cine Nacional en San Martín al 700. En esos años, Escudero deja nuevamente la panadería para fundar el Cine Español en la esquina de Mitre y Almirante Brown, pero abandona, esta vez para siempre, la aventura del cine y sigue con su panadería.

La empresa de Sebastián Fernández Muñoz está interesada y alquila a Do Brito la sala: el 6 de marzo de 1930 se inaugura en la misma sala totalmente remodelada el Cine Rex.

Con bombos, platillos, volantes y bombas de estruendo se anuncia la apertura del mejor local cinematográfico de la Costa Sud. Se instalan modernos equipos de proyección y sonido, pero esta noche, momentos antes de la inauguración, se rompe uno de los equipos y hay tanto lío -con amenazas de destruir las butacas- que hasta la policía se hace presente para detener el alboroto de los que se sienten engañados.

Los arrendatarios de la sala piden disculpas y les comunican que les devolverán las entradas o bien podrán usarlas para asistir en cualquier otra oportunidad. El gentío se calma. La proyección continúa mientras los técnicos trabajan afanosamente para reparar el equipo… y así, en el último rollo, la platea pudo asistir al gran fenómeno de la tecnología: el equipo sonoro finalmente cumple las expectativas y es el gran comentario del pueblo.

La competencia con la empresa de Roque González comienza, uno y otro, además de las funciones de cines, contratan compañías teatrales y prestan las instalaciones a las asociaciones y sindicatos organizados, ya sea para funciones especiales de biógrafo como para espectáculos, teatro y bailes.

El 4 de abril de 1930, Cine Rex anuncia a la compañía teatral Apolo “con seis personas en el escenario. Vea a los mejores sainetes y comedias”, dice el volante que se reparte en el pueblo.

Roque González, para el 25 del mismo mes, anuncia cinco funciones del artista Vianor.

Otro lugar que también sirve de biógrafo es el Bar Austral. Ahí se corren mesas y sillas, pero este no es competidor para tener en cuenta.

Las funciones de matiné son de 13.30 y 16.00. A las 18.00 es la función Vermouth. A las 22.00 las películas adulto con proyección de dos películas.

La pornografía.

En el Cine Rex, el 15 de julio de 1930, se produce un desorden de grandes proporciones. Según informa la policía al comisario municipal, si no fuera por ellos se hubiera destruido la sala.

¿Qué pasa? Se anunció la proyección de una película pornográfica para la última función de la noche, que fue prohibida pero nadie sabe, según el informe de la policía: “No se comunicó el cambio para no perder las ganancias de la función, pero al momento, después de la primera película y de retirarse las familias, recién comunicaron que la municipalidad había prohibido la película y que en ese lugar daban un cowboy. Y la gente protestó y destruyó varias sillones de la platea”.

La policía desalojó la sala y lleva varios detenidos a la comisaría, ubicada en la calle Almirante Brown, metros antes de la Mitre.

La censura

En el cine da que hablar y hay que ponerle límites. Por lo menos, así piensa el doctor Michauld, médico encargado del Dispensario Municipal, que en 1931 eleva al comisionado una propuesta para reglamentar la exhibición de películas que atenten a la moral. Claro, el doctor Michauld cumple la tarea de Inspector de Higiene y si se trata de moralidad, es la persona ideal para ejercer el oficio de controlador y se establece que los empresarios deben acordar con las autoridades municipales el día y el horario de función en privado ante el Inspector de Higiene que es el encargado de informar sobre el contenido y aconseja la conveniencia o no de exhibirla, “hechos estos trámites, se otorga o no el permiso”.

El interventor municipal César Stafforini acepta y ordena, se realiza la reglamentación ya que “la propuesta del doctor Michauld se basa en uno de los principios de moral dentro de las facultades inherentes a la autoridad de médico investido”.

Cosas de cine y petroleros.

Mientras tanto, el campamento petrolero de kilómetro 3 todavía se lamentan del incendio del galpón de chapa y madera que en 1928 servía para el funcionamiento del cine de YPF. Poco tiempo después, se construye, al lado del colegio de Deán Funes, una nueva sala de material.

Los campamentos petroleros también tienen su propia sala de cine Astra ComFerPet y el cine Diadema ofrecen además de películas, espectáculos artísticos, bailes, teatros y actos escolares.

Corre el año 1937. El cine de YPF, Paulina Singerman y Alberto Vila protagonizan el film Retazos, ella representa a una pobre jovencita analfabeta y él a un próspero ingeniero.

En la sala la gente está ubicada según las normas de la empresa. En la platea la gente común, mientras que los ingenieros y empleados ocupan el pullman. Todos siguen la historia sin quejarse por la posición que ocupan en la sala, hasta que la jovencita descubre que el ingeniero la engaña, dolida pero muy enojada, le dice con desprecio “ingeniero”,  inmediatamente los de la platea estallan en aplausos, miran irónicamente para arriba donde están los ingenieros.

Los obreros de los campamentos y sus familias reciben el beneficio del cine itinerante que exhibe películas que YPF alquila a la empresa Coliseo. Se proyectan en equipos portátiles que transportan un camión.

El cine en kilómetro 8 funciona desde 1931 en un galpón de uso múltiple, hasta que en 1945 se traslada a un edificio especialmente construido para su funcionamiento.

El cine español

Don Roque González (padre) alquila la sala de teatro de la Asociación Española para poner en marcha el cine. El 7 de julio de 1934 ofrece la primera función con cinco variedades sonoras y “El rey de los gitanos” protagonizada por José Mujica y Rosita Moreno. Tres días después se presentan con total éxito las películas “Los tres mosqueteros” y “El demoledor”… y así el cine español comienza a transitar una larga vida en la historia cultural de esta ciudad.

Extraído del libro “Crónicas del Centenario” editado por Diario Crónica en 2001

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