Establecimiento Ganadero “EL TABACO” – EDUARDO BORDENAVE
Entre las personalidades que destaca el álbum biográfico ganadero del semanario independiente ‘Golfo Nuevo’ de 1938 se destaca la figura del señor Eduardo Bordenave: “Es el señor Eduardo Bordenave, cuyo esbozo biográfico abordamos complacidos, un ejemplo edificante de carácter, acción persistente, de fructífera labor y nobles propósitos…” y continúa “nacido en Bolívar (Provincia de Buenos Aires) en el año 1898, después de cursados sus estudios, el señor Bordenave, ingresa en la casa de Meyer y Cía. en calidad de empleado. Posteriormente se establece con un negocio de almacén y anexos en el Paraje “El Desempeño” donde permaneció dos años”.
Continúa el semanario “En 1922, forma sociedad con Don Domingo Olaiz poblando 4 leguas de campo, sociedad que queda disuelta en 1933 quedando nuestro biografiado con 7.000 hectáreas… en el deseo de aumentar su explotación ganadera solicitó y obtuvo permiso de cateo de 5 leguas de tierra fiscal… el señor Bordenave, siempre se ha preocupado del mejoramiento de sus planteles y al efecto compró un reproductor ovino, primer premio (vellón merino argentino) en la Exposición de Palermo de 1937, nacido en 1934 e inscripto en el Floock Book Argentino bajo el número 468. Ya anteriormente tuvo poca la suerte de que se le muriera un carnero de pedrigreé…”
Con respecto al grupo familiar el semanario relata: “A raíz del deceso de su esposa, Doña Península Reyero, quedó con hijos chicos, resolvió contraer nuevas nupcias con la señorita Josefa Anita González. Su hogar se halla alegrado con hijos, todos varones: Eduardo Isaac, Eugenio, Marcial, Jorge, Alberto, Ángel y Néstor. Otro hijo del señor Bordenave, Justo fue ahijado del Presidente de la Nación General Agustín P. Justo, siendo bautizado el 14 de octubre de 1934, siendo sus padrinos en representación del señor Presidente, el señor Alejandro Sangenis y la señora Juana Lazarte de Jáuregui; poco tiempo después, el 19 de febrero de 1935, fallecía este niño… es la vida de nuestro biografiado, una consagración a la noble labor rural, a la que le presta toda su dedicación…”