La revolución tecnológica liderada por las petroleras norteamericanas, la cual permitió extraer petróleo y gas de yacimientos no convencionales, marcó un antes y después en la geopolítica hidrocarburífera mundial, posicionando a Neuquén a través de la formación Vaca Muerta, ante una oportunidad única.
Una de ellas, es la de participar en la transición gasífera que experimenta la matriz energética de la región del Pacífico, la cual según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se espera que represente alrededor del 80% de las importaciones mundiales de GNL para 2040.
También aparece como urgente, la necesidad de Europa de eliminar la dependencia del gas ruso. Esto nos deja ante un desafío estratégico de interés nacional, el de ser exportadores de gas natural licuado (GNL) a escala global. Para materializar esta oportunidad, se necesitan enormes caudales de inversión extranjera directa.
Durante los últimos años distintos análisis, como el documento presentado por el Institute for Energy Economics and Financial Analysis (IEEFA), han sostenido que para aprovechar plenamente el potencial de los recursos de Vaca Muerta, harán falta entre US$ 15.000 y US$ 20.000 millones por año.
En el 2021, el Instituto Oxford de Estudios Energéticos, estimó que el boom exportador de gas desde Vaca Muerta podría ocurrir a partir del 2030 y si se invirtieran US$ 50.800 millones. Señalando además que: “En el período 2014 a 2019, el promedio invertido en upstream fue de US$ 7.500 millones/año (4.500 millones para no convencionales en 2019)”.
La realidad es que Argentina se encuentra al margen de las corrientes de IED necesarias para potenciar Vaca Muerta. De esto da cuenta un informe emitido por el Dr. Marcelo Elizondo, el cual señala que sobre 202 países medidos por la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre comercio y desarrollo), somos uno de los países de peor desempeño en la evolución de la IED en lo que va del siglo XXI.
En el 2019, antes de la pandemia, el flujo de IED en todo el mundo ascendió a US$ 36,4 billones, cuando en el año 2000 alcanzo unos US$ 7,4 billones. Dos grandes excepciones al crecimiento global en la evolución de IED son la Argentina, con un detrimento de US$ 16.421 millones (- 19,2%) y Venezuela, con una regresión de US$ 11.490 (-33,2%).
Sobre este asunto, se refirió el embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, Marc Stanley, en su reciente visita a la provincia del Neuquén, en el marco del encuentro organizado por la Cámara de Comercio Argentina – Texas (ATCC), destacando que el país necesita pensar en cuatro áreas fundamentales para incentivar las inversiones en Vaca Muerta: el libre acceso a divisas y posibilidad de repatriación de capitales; un marco regulatorio y fiscal estable; precio de mercado en gas y petróleo; y mejoras en la infraestructura de ductos y en la exportación.
Durante la mencionada visita, se hizo referencia al caso del estado de Texas, siendo éste uno de los principales destinos mundiales de inversión extranjera directa y un epicentro para los negocios y el comercio energético mundial. Con más de 1.600 corporaciones extranjeras en el estado, Texas ha sido el principal estado exportador del país durante 19 años seguidos con exportaciones valoradas en más US$276.3 mil millones en 2021. Tiene más aeropuertos, millas de caminos públicos, carreteras estatales, vías férreas de carga y FTZ (Free trade zone), que cualquier otro estado de los Estados Unidos.
Las recomendaciones del embajador Stanley convergen totalmente con el análisis que realiza la encuesta global de competitividad titulada “Energy Sector Competitiveness”, elaborada por el FRASER Institute, la cual ubica entre las 10 primeras jurisdicciones a nivel global, a todas regiones de los Estados Unidos y luego a las de Canadá, siendo Texas la jurisdicción más atractiva para la inversión en petróleo y gas.
Esta elección fue realizada sobre 80 jurisdicciones que poseen el 53 % de las reservas mundiales probadas de petróleo y gas, y representan el 68 % de la producción mundial. La razón por la cual Texas es la región más atractiva para la inversión a nivel mundial se explica por la solidez de sus instituciones de libertad económica, las cuales generan una actividad empresarial que se caracteriza por un elevado volumen de inversiones y elevada productividad.
A su vez Texas ha ganado por 15° vez consecutiva el premio de la revista de negocios “Chief Executive”, como el mejor estado para hacer negocios.
Por último, aparece como estratégicamente importante tener en cuenta las recomendaciones que AIE (Agencia internacional de energía), en su documento titulado «A 10 Point Plan to Reduce the European Union’s Reliance on Russian Natural Gas’’, le realiza a la Unión Europea.
Este documento señala que, en 2021, la Unión Europea importó de Rusia una media de más de 380 millones de metros cúbicos (m³) diarios de gas por gasoducto, o alrededor de 140.000 millones de m³ a lo largo del año. Además, se recibieron unos 15.000 millones de m³ en forma de gas natural licuado (GNL). El total de 155.000 millones de m³ importados de Rusia representó alrededor del 45 % de las importaciones de gas de la UE en 2021 y casi el 40 % de su consumo total de gas.
A finales de 2022 expirarán varios contratos de importación de gas con Gazprom por un volumen de más de 15.000 millones de m³ al año, lo que equivale a alrededor del 12% del suministro de gas de la empresa a la UE en 2021. En conjunto, a finales de esta década vencerán contratos con Gazprom por valor de casi 40.000 millones de m³ al año.
Esto proporciona a la UE una clara oportunidad a corto plazo para diversificar sustancialmente su abastecimiento y contratos de gas hacia otras fuentes. Para la AIE, será fundamental para Europa, el fortalecer la cooperación internacional con exportadores alternativos de GNL, por gasoductos y con otros relevantes importadores y consumidores de gas.
Ahora, las inversiones solo vendrán si nuestro sistema económico encuentra su ancla de solidez en las instituciones del capitalismo avanzado, siendo la única forma de atraer inversiones y alcanzar una competitividad que nos permita aumentar mercados y eliminar “el riesgo argentino”.
El dato
El 12% del suministro de gas ruso a Europa llega al fin de su contrato durante el año que viene. El acuerdo Mercosur-Unión Europea (Zona Euro) es una parte de un largo proceso de adaptación. Un futuro acuerdo y entendimiento con la zona del NAFTA es fundamental para converger en competitividad. La inserción internacional de la Argentina, la cual debe acompañarse con reformas de mercado, es la llave para participar en la geopolítica del gas natural en el siglo XXI.
Urge un cambio profundo, una revolución capitalista, algo totalmente opuesto a lo hecho hasta ahora.
Fuente: Diario de Río Negro