Gustavo Brunner engaño a trabajadores e inversores de Chile y Argentina con un ingenioso cuento del tío.
El minero y aventurero Gustavo Brunner, trabajó en un principio con Julio Popper en la extracción de oro en la costa atlántica de Tierra del Fuego. Disgustado con éste se fue a Porvenir (frente a Punta Arenas, cruzando el estrecho de Magallanes), en donde aparentemente comenzó a encontrar el preciado metal.
Con un socio suyo, se encargó de organizar la difusión de la noticia en la prensa de Buenos Aires y Santiago, fundó una sociedad en dichas capitales y comenzó a vender acciones a los inversores.
Un buen día avisó que un viaje urgente lo obligaba a ausentarse por varios días. Luego de su partida no volvió a encontrarse oro en la zona. Brunner había timado a obreros y accionistas. Durante las noches esparcía las pepitas de oro que había adquirido en su trabajo con Popper; oro que durante el día extraían sus peones, y así las renovaba diariamente mientras en las capitales de ambos países los capitalistas ofrecían sus dineros a la falsa empresa.