
Nació el 1 de octubre de 1895 en Lituania, llegó a la Patagonia argentina en 1903 con sus padres. Desde joven, demostró una inclinación hacia la aviación, un sueño que lo llevaría a convertirse en un pionero en los cielos patagónicos.
Referenciado con las variantes de Slápelis, Slápeliz, Szlápelis y Szlápeliz, inició sus actividades en la entonces Colonia Sarmiento “en un ranchito pequeño hecho de barro, paredes y techo”, lindero a la propiedad de Pietrobelli. Hacia 1910 se había involucrado en una lista de firmas que solicitaban un sacerdote para la colonia.
Unos años después era agricultor por Alto Río Senguer junto con el médico Escalada y el contador Babella: “Sin peones, porque el capital no permite gastos de esa naturaleza, con un viejo tractor, un arado, una rastra y unas cuantas palas, se acometió la empresa de trazar la primera chacra productora de alfalfa en gran escala (…)”.
En la prensa de los ’40 quedaron registradas algunas referencias más sobre Szlápeliz: fundó la mina El Solcito, actuó como aviador, y batió el récord de 6 días en su primer viaje de Comodoro Rivadavia a Sarmiento con un carro de 4 ruedas (en la actualidad el mismo recorrido se cubre en una hora 30 minutos). La última referencia encontrada hasta el presente, lo ubicaban como presidente de la primera comisión de fomento de Alto Río Senguer, en diciembre de 1941.
En Sarmiento, su ciudad adoptiva, era conocido por su compromiso con la comunidad. Durante los recreos, tenía la costumbre de “bombardear” las escuelas rurales como nacional N°145 (Hoy, provincial N135) y Escuela Provincial N°14 arrojando caramelos desde su avión “El chimango”, trayendo alegría y sonrisas a los niños que lo veían como un héroe local. Este gesto simple, pero significativo, lo convirtió en un símbolo de generosidad y bondad.
A lo largo de su vida, Slapeliz desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la región. Desde traer el primer avión y auto, la primera radio a Sarmiento hasta construir caminos y escuelas, dejó una huella indeleble en la comunidad. Su pasión por la aviación y su compromiso con el bienestar de los demás lo convierten en un ejemplo a seguir para las generaciones futuras.