Clydfan: lugar tranquilo, entre Gaiman y Dolavon. Papá nació en Gales, en 1898 la casa donde mamá nació se fue con la inundación, en la chacra esa nacimos. Éramos siete hermanos nacidos en esa chacra. Papá y mamá se casaron y vivieron en la misma casa, donde nacimos nosotros hasta que fueron a Gaiman a vivir. Íbamos a la escuela a caballo, a veces tres en el mismo poni, porque no había, otras veces dos.
Después cuando ya éramos más, íbamos en coche de caballo, recogíamos a los chicos de Edward Jones: Luli, Merci, iban en el coche grande con nosotros, coche grande porque éramos siete, ocho, que íbamos a la escuela. Primero íbamos a caballo, Alina y yo; después llegó Ivano. Nos daba clase la señora Quiroga. La escuela vieja de Bethesda. Ni fuego había al empezar, a veces llovía, llegábamos todos mojados, había clase igual, carteras de tela hechas por mamá también. Yo digo ahora no hay clase porque no hay gas, ¡qué gas ni qué ocho cuartos! Zapatillas. Zapatos no existían.
-¿Cantaban?
Si, desde chiquitos. Nos acostumbraban a ir a la capilla tres veces por domingo, a la mañana era escuela dominical en Bryn Grwn, ahí aprendimos a leer y escribir en galés, el abecedario, a veces íbamos a la tarde, pero a la noche teníamos que ir todos. Mamá no iba a la mañana porque cocinaba, pero por lo general se cocinaba el sábado, pero cuando ya éramos tres o cuatro se hacía difícil para mamá porque había que ordeñar antes de ir, prepararnos a todos. Y gracias a Dios, nunca nos faltó comida, se ordeñaba dos veces al día, y mamá era muy buena para cocinar, tortera, nunca nos faltó lo principal.
A la noche toda la familia nuestra nos sentábamos, en un banco grande en Bryn Crwn, había lugar para todos. Mi mamá en un lado y papá en otro para que no hablen. Tuvimos una niñez y una juventud muy linda. Después todos los sábados en aquel entonces se bañaban… los sábados toda la familia en una palangana grandota, limpios para el domingo después de cenar.
Nos sentábamos todos alrededor del fogón, y papá nos enseñaba cosas de la Biblia, y después teníamos que aprender un versículo nuevo para cada domingo. Porque en el culto de la noche, los chicos hasta doce años, pasábamos al frente y decíamos el versículo que habíamos aprendido, durante la semana.
¿Y después el fandafop? Era antes de Navidad, al entrar noviembre se empezaba, íbamos todos los sábados a aprender cosas para Navidad, cantos, comedia, versos, y la Navidad en aquel entonces era té a la tarde, cada uno llevaba a la canasta, y después el concierto, y yo me acuerdo que me tocó a mí más de una vez entre otras, poner el arbolito, hacer el arbolito de Navidad, cortábamos tamariscos de ahí cerca de la capilla (Bryn Crwn) y después comprábamos regalitos para cada chico que iba al estudio.
En la escuela jugábamos arroz con leche, a la payana, al Martin Pescador, para fin de clase hacíamos exposición de todas las labores, trabajos manuales que se habían hecho, los chicos unos caballitos de madera, pero era algo… nosotros bordábamos, ahí tenés un mantel que yo bordé cuando iba a la escuela y ese tiempo hacíamos ropa interior, que se usaba, camisa, enagua, y bombacha, de una tela blanca fina, eso había que bordarlo, por lo general.
Para el 25 de Mayo, recitábamos o cantábamos. No había ni piano ni nada en aquel entonces.
Yo nací en el 24. A veces las cosas no eran fáciles. La inundación del 32 no llegó a la casa pero toda la cosecha se perdió y fueron años de mucha pobreza. Nosotros para Navidad, era costumbre, había que poner un vestidito nuevo. Lo único nuevo en el año, y había tanta pobreza. A mi hermana y a mí ya nos habían comprado, mamá por lo general cosía y ahora faltaban las tres chiquitas, se casó con un vestido blanco hermoso, con una tela bien finita que estaba llena de alforzas, desató el vestido, lo tiñó de rojo y les hizo vestiditos para las tres, para Navidad.
Del libro “Chubut nos habla, selección de voces”