martes, 20 de mayo de 2025

El 30 de octubre del ’90, el gobernador Néstor Perl se va de la administración provincial y asume Fernando Cosentino en su reemplazo.

Tiempo después quien estará sentado en el banquillo de acusados es el intendente Mario Morejón. Su sucesor, José Raúl Pierángeli, presentará una denuncia poco tiempo después de asumir, en 1991.

El motivo principal es la constatación de que Morejón había firmado un convenio con la empresa de transportes Patagonia Argentina que perjudica seriamente al Estado Municipal. Las pericias técnicas de los contadores Aníbal Parolín y Miguel Ariet determinan que el reconocimiento de deuda a favor de la empresa que hace Morejón, estimado en más de cuatro millones de dólares, es demasiado elevado. El análisis de los profesionales concluye en que la acreencia de la empresa era inferior a los dos millones.

Tras una ardua instrucción judicial, la Cámara 1ª del Crimen condena a Morejón a 2 años de prisión en suspenso e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por hallarlo autor penalmente responsable del delito de fraude en perjuicio de una administración pública.

 

Fragmento del libro “Crónicas del centenario”-

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