martes, 20 de mayo de 2025

Se trata de Brenda Sede Lucena, quien trabaja en un novedoso proyecto con la fruta nativa que traería grandes cambios en la salud de las personas.

 

Una investigadora de Esquel está a punto de culminar un innovador proyecto científico que podría tener un fuerte impacto en la salud y el desarrollo regional. Se trata de Brenda Sede Lucena, licenciada en Ciencias Biológicas, quien trabaja en la creación de un “súper jugo” fermentado a base de calafate, una fruta nativa de la Patagonia con notables propiedades antioxidantes.

En diálogo con La Voz de Chubut, la investigadora explicó que el objetivo de su trabajo es desarrollar una bebida funcional fermentada con bacterias ácido lácticas (BAL), que no solo conserve las propiedades del fruto sino que las potencie.

“Esta idea surge principalmente del interés por aprovechar al máximo las propiedades del calafate. Sabemos que a través de la fermentación con bacterias ácido lácticas es posible potenciar su efecto antioxidante y, además, agregar valor al fruto. Como se trata de un arbusto nativo y endémico de la Patagonia, también buscamos generar una alternativa de desarrollo económico sustentable en la región”, sostuvo.

En la Patagonia Argentina y en la chilena, es muy común encontrar este tipo de arbustos con el fruto.

El proyecto apunta a ofrecer una bebida que, además de retardar el envejecimiento celular gracias a su capacidad antioxidante, contribuya a la prevención de enfermedades relacionadas con el síndrome metabólico, como la obesidad y la diabetes.

“Estamos en el último año de investigación y los resultados obtenidos hasta ahora son muy alentadores”, señaló Brenda, quien realiza su trabajo en el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), dentro del área de fitopatología y microbiología aplicada, en Esquel.

Realización de ensayos sensoriales en CIEFAP

 

El calafate es un fruto dulce y ácido, una baya de color negro o azul negruzco, que crece en un arbusto llamado Berberis microphylla. Es típico de la Patagonia, tanto en Argentina como en Chile, y se consume fresco o en preparaciones como mermeladas y licores.

 

Imagen del fruto del calafate, con la Laguna Willmanco de fondo, en la ciudad de Esquel.

 

Las bebidas fermentadas de frutas son tendencia en el mercado de alimentos. El calafate (Berberis microphylla) es endémico de la Patagonia y sus frutos tienen altas concentraciones de compuestos fenólicos. La fermentación con bacterias lácticas (BAL) puede aumentar la vida de estante y la actividad antioxidante de los frutos.

Brenda es investigadora del Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) de Esquel

Brenda nació en Ingeniero Jacobacci, Río Negro, y desde hace más de 12 años vive en la cordillera, donde se siente una esquelense más. Estudió la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la sede Esquel de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), y se recibió en 2020.

“En 2021 comencé una beca doctoral del CONICET, cofinanciada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de Chubut. El proyecto que integro se llama ‘Nutracéuticos a base de calafate fermentado con alta capacidad antioxidante’ y está dirigido por Micaela Pescuma”, contó la joven de 31 años.

El calafate es un fruto dulce y ácido, una baya de color negro o azul negruzco, que crece en un arbusto llamado Berberis microphylla

 

Su compromiso con la ciencia tiene una motivación clara: “Mi deseo es que este producto pueda producirse a gran escala, que llegue a la mesa de todas las personas que quieran probarlo, y que el desarrollo científico argentino demuestre que vale el esfuerzo. Ojalá podamos ser útiles a la sociedad”.

 

 

Compartir.

Dejar un comentario