sábado, 27 de julio de 2024

El 3 de diciembre del año 1833 nació en la ciudad de Camaguey, Cuba, Carlos Juan Finlay Barrés. Su padre, de origen británico, también se desempeñó en el ámbito de la medicina, por lo que de ahí heredó su pasión por esta noble profesión.

Con el paso de los años, Finlay Barrés empezó con una ardua investigación respecto de la propagación de la fiebre amarilla. Por medio de sus informe deslizó, en un primer momento, que la enfermedad en cuestión se transmitía por la picadura de los mosquitos.

En un primer momento, esta teoría no fue aceptada, ya que antiguamente se consideraba que el contagio se producía por ropa u objetos que estuvieran en contactos con los pacientes.

Posteriormente, la investigación sobre la enfermedad cayó en una meseta, hasta que en 1901 crearon en los Estados Unidos, una comisión para seguir de cerca la lucha contra la fiebre amarilla.

Ese grupo de investigadores detectó que la teoría enunciada en su momento por el Doctor Finlay era real, por lo que comenzó a trabajar en torno a la prevención y a la lucha contra el mosquito Aedes aegypti. En aquellos años, llegaron a la conclusión de que el principal agente de la propagación de la enfermedad eran los mosquitos, tal cual había sostenido el cubano.

Por Miguel Ángel Martínez

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