miércoles, 23 de abril de 2025
El 5 de agosto de 1838 el General San Martín, al tener conocimiento del bloqueo francés, le escribió al Capitán General Juan Manuel de Rosas, ofreciéndole sus servicios, si lo creía de alguna utilidad, y esperaba sus órdenes.
“Exmo Sr. Capitán general D. Juan Manuel de Rosas.
Grand Bourg, cerca de París, 5 de agosto de 1838
Muy señor mío y respetable general:
“He visto por los papeles públicos de ésta, el bloqueo que el gobierno francés ha establecido contra nuestro país; ignoro los resultados de esta medida; si son los de la guerra, yo sé lo que mi deber me impone como americano; pero en mis circunstancias y la de que no se fuese a creer que me supongo un hombre necesario, hace, por un exceso de delicadeza que usted sabrá valorar, me pondré en marcha para servir a la patria honradamente, en cualquier clase que se me destine. Concluida la guerra, me retiraré a un rincón -esto es si mi país me ofrece seguridad y orden; de lo contrario, regresaré a Europa con el sentimiento de no poder dejar mis huesos en la patria que me vio nacer.
He aquí, general, el objeto de esta carta. En cualquier de los dos casos -es decir, que mis servicios sean o no aceptados-, yo tendré siempre una completa satisfacción en que usted me crea sinceramente su apasionado servidor y compatriota, que besa su mano,
José de San Martín”.
Por Miguel Ángel Martínez
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