domingo, 7 de diciembre de 2025
Padre Juan Muzio

En los años ’20 el Padre Juan Muzio, ya fundador de las iglesias y escuelas salesianas de Trelew y Puerto Madryn, emprendió viaje hasta Esquel con sus misiones de verano. Con Paredes fue uno de los primeros en traer vehículo a la Cordillera. De la Fiat de Turin había conseguido el famoso “FIAT- carrozado-Capilla”. Pero se dio cuenta que los vientos patagónicos no respetarían su invento. La incipiente municipalidad le asignó un terreno frente a la actual Plaza: lo consideró pequeño para sus propósitos de fundar junto al templo también una escuela y lo permutó con un campo en la actual intersección de Roca y Chacabuco. Allí construyó una Capilla y trajo de Madryn el cuadro del Sagrado Corazón que regalara don Bosco para la Patagonia. Pocas aulas con algunas modestas habitaciones para los Salesianos completaron la primera Parroquia de Esquel.

Mientras tanto, el padre Benno Quandt misionaba en la zona cordillerana llegando a Tecka-Río Pico-Trevelin-Lago Futalaufquen ya que la zona norte era atendida por los Franciscanos desde el nuevo nudo ferroviario de Ing. Jacobacci.

Misiones importantes realizaron los padres salesianos Enrique Olivares y Monteverde.

La escuela San Luis Gonzaga y la nueva Iglesia

En los años ’50 llegó a Esquel el P. Louis Toust quien gestionó la construcción de un nuevo edificio escolar para satisfacer la demanda educativa. Lo denominaron “San Luis Gonzaga” por el santo cuyo nombre llevaba el Salesiano. La ampliación del Colegio y la nueva Iglesia fueron obras del padre Sincero Lombardi ayudado por P. Constantino Saiz. En aquellos años llegaron unas cuantas familias de constructores italianos provenientes de obras públicas en Ushuaia. El “Plan Perón” para escuelas nacionales les ofreció oportunidad para trabajar en Fofocahuel, Lepá, Cholila, Tecka… Y radicarse definitivamente en Esquel.

Un hijo de un constructor italiano, Ubaldo Ongarato, estudiante de Ingeniería, realizó con la nueva Iglesia su primera obra. Despertaron admiración los arcos audaces que armaban Burelli y Topazzini con andamios precarios y desafiando los huracanados vientos patagónicos. El nuevo templo al Sagrado Corazón era el edificio más alto de la ciudad.

La construcción del Colegio fue tarea del Padre Roberto Azzurro en los años en los que varios Misioneros Italianos dieron vitalidad a la presencia salesiana en la cordillera.

 

Extraído del libro “Esquel 100 años”, de la Comisión Pro Museo histórico Esquel

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