martes, 18 de febrero de 2025
Los primos Jorge y George Cunningham

Jorge Cunningham era el pionero que formaría la familia en Lago Blanco, nació en Estados Unidos y fue el mayor de ocho hermanos. Arthur Cunningham, su padre, nació en Irlanda y emigró a Norteamérica en 1872. Don Arthur antes de establecerse de forma definitiva fue propietario de 3 ranchos. Uno de ellos en México, donde el revolucionario Pancho Villa le expropió sus animales. De allí logró escapar con vida a duras penas. Una vez establecido en Montana se convirtió en una especia de mecenas de los irlandeses que arribaban en gran número. Les cedía tierras y los ayudaba económicamente. Por su obra, luego de su muerte, su historia fue rememorada en los libros de historia de Estados Unidos e Irlanda.

A los 18 años de edad, Jorge viajó a Irlanda para conocer a sus parientes. De ese viaje regreso con su primo George, algunos años mayor que él.

Al año siguiente, en 1909, contagiado por el espíritu andariego de su padre, junto a su primo, partieron hacia Sudamérica en busca de tierras. Desembarcaron en el puerto de El Callao, en Perú. De allí continuaron camino y pasaron por Bolivia, Paraguay y una vez en Argentina trabajaron en la cosecha de maíz en las provincias de Santa Fe y  Buenos Aires. Con el dinero que obtuvieron fueron a la ciudad de Buenos Aires y se embarcaron hacia su destino final, la Patagonia Argentina.

Llevando un equipaje mínimo: maleta con ropa y las muy útiles monturas que usarían en sus viajes de colonización. Sus ahorros sumaban la modesta cifra de 4 dólares. Pocos días después de desembarcar consiguieron trabajo en la estancia de Jorge Kelly.

Permanecieron tres meses en la estancia de Kelly y a principios de agosto partieron hacia la Cordillera de los Andes. Con ellos llevaron 7 caballos y 350 ovejas que fueron parte del pago de Kelly por su trabajo y otra parte que le compraron y le pagarían una vez que se establecieran.

Llegaron a la Cordillera de los Andes desbordados de Patagonia, habían transitado los centros áridos del territorio, tapados de soledad y el clima no había pasado por alto la presencia de los primos. Pese a ello, habían cumplido el propósito de hacer realidad lo que poco tiempo antes era un anhelo. Al principio del mes de octubre se establecieron en la región boscosa del valle del Alto Simpson, en Chile. Por entonces en el valle chileno solo residían 7 chilenos y 2 europeos que habían ingresado por Argentina.

Los primos emplazaron su campamento sobre una planicie en la parte media de la ladera de una montaña. Improvisaron el techo de la vivienda, tendiendo y atando los extremos de una lona sobre un claro abierto a machete y hacha en un monte de leñires. Las paredes las conformaban los troncos y ramas de árboles. Las monturas, algunas telas de arpilleras y cueros de pumas y ovejas conformaban su precario mobiliario.

A causa de frecuentes incursiones de caza, los escasos pobladores pronto los identificaron como unas “gringos ruidosos”. Ello fue por la resonancia de los ecos de los disparos de revólver que retumbaban y se desperdigaban por el valle.

Para evitar futuros inconvenientes, una vez que se establecieron partieron nuevamente para afincarse en tierras aun despobladas en el territorio argentino. A fines de diciembre de 1910 se establecieron en la precordillera, a 15 kilómetros del Lago Blanco; un lago poco profundo de aguas turbias y costas de tierras blancas como la sal. El paisaje que dominaba el entorno guardaba cierta similitud con el de Montana, característica que inclinó la balanza a favor de cesar la búsqueda y asentarse definitivamente. Ocuparon de hecho 20.000 hectáreas. Según una ley de 1903, la 4167, se permitía la ocupación de hecho de 20.000 hectáreas y posterior arrendamiento tras gestionar la solicitud.

Primera construcción del casco definitivo. Década del ‘10

La primera vivienda de la estancia “Lago Blanco” la construyeron con troncos clavados a pique en el suelo, en la naciente de un cañadón situado a unos 15 kilómetros de Lago Blanco. Pero como el lugar estaba en tierras altas, en invierno era muy frio y se cubría de nieve. En 1913 se trasladaron 5 kilómetros al sureste, más cerca del lago. Para el nuevo emplazamiento, escogieron el faldeo de un gran cerro del que emanaban varias vertientes de agua potable. Al pie se extendía un pequeño valle tapizado por un frondoso pastizal. A principios de 1915, al sur del campo de Cunningham dentro del pequeño valle que se extiende sobre la costa sur del lago y Valle Huemules, un inglés llamado Guillermo Hudson construyó una vivienda en la que instaló un boliche. El gerente del comercio era el inglés Sander Hoghland. A fines del mismo año, a causa de deudas contraídas, entregaron el boliche a la Sociedad Anónima, sucursal de Comodoro Rivadavia. A principios de 1917, Gustavo Nilsson reabrió el comercio a nombre de la Sociedad Anónima y en mayo de 1918 lo cerró. En noviembre de 1918 los Cunningham demolieron las instalaciones.

Cierto día, Cunningham paso por el boliche cuando Hudson y unos clientes se encontraban practicando tiro al blanco. Como Hudson se jactaba de su gran puntería, Cunningham tomó su revólver y abatió todas las botellas que servían de blanco sin errar un disparo.

Para Cunningham la presencia del boliche resultó perjudicial porque le ocuparon el pequeño valle que era un rico en pastizales. También eran frecuentes los disturbios entres los clientes que se alcoholizaban.

Al no contar con el capital suficiente para alambrar, durante los primeros años pastorearon su hacienda a campo abierto. A finales de 1918, George regresó a Montana para solicitarle dinero prestado a su padre. Regresó en 1920 y utilizó el dinero para cercar el campo, poco después construyeron algunos puestos en las zonas alejadas del casco.

Fragmento del libro “El viejo Oeste de la Patagonia”, de Alejandro Aguado.

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