El manejo de los precios es desde hace tiempo una pelea central para el Gobierno y este año, con las elecciones en el horizonte, el desafío será doble.
El año pasado finalmente logró no quedar expuesto al golpe moral (y obviamente económico) que hubiera significado alcanzar la barrera psicológica de los tres dígitos, y para 2023 el objetivo es cerrar en torno del 60%, algo prácticamente imposible para la mayoría de las consultoras privadas.
Según las perspectivas del Ministerio de Economía, entre abril y mayo próximos se cumplirá el sueño de Sergio Massa de que el IPC “empiece con 3”. Y esto será de la mano del programa Precios Justos, que el Gobierno toma como un sendero por el que deben correr los ajustes.
Este mecanismo correrá durante todo el año, y no tendrá grandes modificaciones. En todos los rubros se mantendrá la pauta de impedir aumentos que toquen el 4%, en tanto que las actualizaciones de los precios que se encuentran congelados -como el caso de la canasta de alimentos- difícilmente recuperen la inflación que se haya sumado durante los 90 días que permanecieron en el freezer.
DEL 5 AL 3
Así, y hasta llegar al objetivo de la inflación “que empiece con 3”, la mira del Gobierno estará puesta en no superar hasta entonces el 5%, algo que al menos ocurrió en noviembre y apenas fue superado en diciembre del año pasado (5,1%).
“Todo indica que esta tendencia descendiente continuará, y para esto será fundamental el funcionamiento de Precios Justos, que sin dudas está marcando un camino”, sostuvieron a El Cronista fuentes oficiales.
La carnada que utilizará Economía será también la misma que viene utilizando hasta ahora: dólares, un bien escaso que todos reclaman, y que incluso en muchos casos son determinantes para la importación de insumos.