sábado, 27 de julio de 2024

Muchos buques terminaron su existencia en nuestras costas desde el “Villarino” que fue famoso por repatriar los restos del general San Martín y que un bajo fondo lo destruyó frente a Camarones. A la fecha podríamos mencionar los siguientes naufragios:

El “Kaiser”, un moderno carguero alemán de la guerra del 14, que quedó a Madryn fondeado, entiendo que por trámites en su documentación y que se incendió por un descuido de sereno y al quemarse la carga, el casco de hierro aunque deformado flotaba pero al estar más liviano se levó mucho en el agua y eso hizo que oponga más resistencia al ancla y con un viento fuerte del sur, llegó a garrear hasta que quedó colgada y así anduvo mucho a la deriva. Cuentan los antiguos vecinos de Madryn que salió dos veces a mar abierto y retornó al golfo, como llevaba el ancla colgada no se encalló en ninguna costa pues antes de llegar a tierra, solo fondeaba y solo lo sacaba de esa posición un viento en contra, pero como resultaba un verdadero peligro para la navegación, el vapor “Mitre” lo remolcó y lo hizo encallar cerca de Punta Cuevas donde fue desmantelado y por muchos años su casco vacío sirvió de lugar de excusión.

El “Roca”, un buque mixto que hacía el trayecto de Ushuaia a Buenos Aires, haciendo escala en todos los puertos de la costa patagónica y que también se incendió, esta vez en altamar, frente a la Península Valdés y cargado de pasajeros lo que ocasionó una verdadera matanza, nunca se supo con exactitud cuántas personas desaparecieron ya ahogadas o muertas a balazos y puñaladas en el caos que se formó sobre el buque, hasta que este fue abandonado. Interesantes relatos de este episodio escribieron don Emilio Ferro y Abeijón, no he podido localizar lo escrito por Alejando Varnni, pues como fue pasajero de ese buque cuando el naufragio seguramente sus notas están más ajustadas a la realidad.

El “Maule”, un carguero que cortó amarras en Madryn y el viento del oeste lo llevó a encallar en Punta Cormorales, cuando yo lo vi por primera vez estaba a mucha distancia del mar entre las dunas, parecía que navegaba en un mar de arena, regresé al lugar como 30 años después y nuevamente estaba al borde del mar, el viento se había llevado los médanos y el agua volvía a llegar al barco.

El “Carlitos”, era un muy simpático velero que hacía el viaje desde Madryn hacia Buenos Aires, con carga general, tenía un recorrido muy regular, puntual, cada 15 días el “Carlitos” estaba en Madryn, pero un día marchando a toda vela con fuerte viento de popa, frente a la Península, atropelló la costa de ripio que pasó todo el parapeto de pedregullo y encalló casi dentro de la caleta. Allí fue desguazado por resultar imposible el sacarlo de tal situación.

El “América” fue un carguero que encalló en Punta Delgada entre dos arrecifes que formaban un bajo fondo justo frente al faro, quedó aprisionado de tal manera que no fue imposible zafar ni con la marea extraordinaria. En esos tiempos la Marina tenía dos poderosos remolcadores, el “Toba” y el “Mataco” que intentaron un tiempo con el “América” pero lo que consiguieron fue partirlo en dos y se hundió con todo su cargamento, por muchos años los pobladores de la zona juntaban carbón de Cardiff que iba saliendo del barco hundido.

“Bahía Blanca”, es interesante la historia del buque de pasajero Bahía Blanca de bandera alemana que en la guerra del 14 intentaba cruzar del Pacífico al Atlántico cargado de pasajeros y en parte había conseguido su propósito pues cruzó entre Las Malvinas y Comodoro sin ser visto por ningún buque de guerra y cuando ya entendía pasadas las zonas peligrosas y navegaban tranquilos rumbo a Buenos Aires notaron que los seguía un crucero inglés. El capitán ordenó dar toda máquina con la esperanza de no quedar a tiro del cañón del enemigo pero las pequeñas calderas del barco estaban a toda presión y esto hacía que se abran de forma automáticas las válvulas de seguridad. Jugándose el todo por el todo y a riesgo de que las calderas exploten, le trabaron las válvulas con tirantes de madera y así a plena marcha notaron que el navío de guerra se les estaba arrimando. La intención del capitán era ganar la boca del golfo nuevo, sabedor de que en aguas neutrales no serían hundidos. Qué momentos tan críticos deben haber pasado estos viajeros entre la posible explosión de las calderas del barco y el muy probable cañoneo de la nave inglesa, por suerte la visibilidad no era muy bueno y esto hizo que consigan ingresar en el golfo antes de que el buque inglés pueda hacer puntería y así, a toda máquina, llegaron a Madryn y mientras fondeaban, locos de alegría, la nave inglesa que resultó ser el temido destructor Glasgow dio una vuelta alrededor y se fue a esperarlos a la salida de las aguas argentinas donde por convenio internacional no podían mantenerse más de 48 horas.

Todo fue fondear y abrieron todas las válvulas de las calderas y trabaron abierto al máximo el pito y así a pleno ruido, todo era alegría en la nave que festejaba el haberse salvado de la muerte por tan poco. Como es de imaginarse todos los vítores y aplausos fueron para el capitán que condujo el barco con tanta maestría y lógicamente algunas copas debe haber bebido, el caso es que un poco por el  licor, un poco la alegría que hicieron que el capitán cuando fue a bajar del barco a la lancha con la cual se iría a entregar a las autoridades argentinas, pierda el pie a pisar al borda, se caiga al agua y se ahogue.

Mientras algunos marinos buscaban el cuerpo del capitán, otros desarmaron las calientes válvulas admisión de los  motores y las arrojaron al agua, de esta manera no se podía poner en marcha. Al no haber capitán, ni poder poner los motores en marcha, no pudo el barco salir del puerto neutral dentro de las 48 horas y quedó fondeado, al pasaje lo transportaron los buques argentinos hasta Buenos Aires y el buque fue remolcado tiempo después por nave de la Armada ignorando los pobladores de Madryn qué fue de tal nave.

Además de los mencionados buques, en varios lugares de la costa existen restos de barcos de madera, lo que demuestra que fueron antiguos veleros, en la boca de Caleta Valdés había uno que se comentaba que fue del Capitán Fournier, en la playa de Pirámides existe la quilla de otro.

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