La dama y el granadero

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“El hecho que vamos a referir ocurre a pocas leguas de Santiago (Chile), camino al puerto.

Un grupo de salteadores rodeaba un carruaje empantanado a la vera del camino, al que seguramente había intentado defender un Oficial de Dragones del Rey. Ahora malherido yacía en el fango, entre la horda de los salvajes que pretendían ultimarlo.

En tan crítico instante apareció sable en mano y a media rienda un pelotón de jinetes a cuyo frente iba Don Mariano Necochea, mientras se veía llegar y cruzar a los pelotones de su escuadrón persiguiendo a los derrotados de Chacabuco.”

“Oportuna fue, pues, la presencia del Comandante y sus granaderos. Y poco les costó poner en fuga, castigando enérgicamente, a la vil canalla. Necochea, que había visto al oficial español haciendo inútiles esfuerzos para incorporarse, ordenó a un soldado que desmontara y auxiliara al herido, haciéndolo prisionero. Mientras un Teniente de Granaderos, que se había acercado al coche, advirtió:

-¡ Mi Comandante, en este carruaje hay una señora ! –

“Una bella dama, a la que acompañaba su doncella, asoma la cabeza en ese momento. Fija en ella la vista Necochea, y avanzando a caballo en el pantano se arrimó al coche:

“-Señora – le dijo cortésmente, mientras contemplaba los bellísimos y espantados ojos de la desconocida – , llenos de temor. Le ruego me ordene en que puedo servirle, con la seguridad de ser obedecida. “

“-Lo que deseo, Señor Comandante, es que no sea martirizado el oficial que me custodiaba. Por defenderme ha sido herido y no ha querido salvarse, corriendo el riesgo de perecer junto a la puerta del carruaje.- – continua: “ – Y más merito tiene por cumplir el encargo de mi marido, el Coronel Morgado….”

“Al oír el nombre del Coronel Morgado no pudo Necochea reprimir un movimiento de sorpresa. Morgado era un jefe prestigioso en las filas realistas, aunque aborrecido por su crueldad.

Desde ese instante su esposa, la bella desconocida, adquiere cierta importancia política y debía ser considerada prisionera. El galante Comandante de Granaderos, firma el salvoconducto para el teniente de Dragones del Rey para que llegue sin riesgo hasta Valparaíso.

“Después de firmado el documento a la Señora Morgado le dice: – Esta usted complacida señora. Ese Oficial está en libertad” –

Responde:”- ¡No sé cómo pagar a usted esta prueba de bondad, señor Comandante..!

Necohea: “- Pagado estoy, señora, con el honor de haberla servido –“

“Cuenta la tradición que una pura amistad unió desde entonces a la linda señora con el galán granadero y se asegura que desde el primer encuentro, bajo la correcta conducta del amigo, se mantuvo la no menos discreta pasión del amante.”

Por Miguel Ángel Martínez, basado en la novela histórica “La Loca de la Guardia” de Vicente Fidel Lopez..



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