sábado, 27 de julio de 2024

Los vientos combativos del sur traen perfume de mujer y las heroínas de San Julián, cobran vida en su lucha. A seis días del aniversario del suceso, renace el feminismo de hace un siglo atrás. La historia, desde su lugar de origen.

Maud Foster, una de las prostitutas de San Julián que enfrentó al Ejército durante las huelgas de la Patagonia

“En la casa de la tolerancia, no hay cama pa’ la traición”. La letra de un tango recuerda a las “putas” de la ciudad de Puerto San Julián. Cinco mujeres de entre 26 y 31 años que con su coraje desafiaron al destino y a cientos de soldados del Ejército Argentino. Las prostitutas del burdel «La Catalana» pusieron el cuerpo y la convicción por delante, esta vez para rebelarse: con lo puesto y nada más que perder.

Hace un siglo que las huelgas obreras de 1920 y 1921 dejaron una marca en el territorio nacional de Santa Cruz y es preciso recopilar lo investigado por los integrantes de la Comisión por la Memoria de las Huelgas de San Julián, localidad desbordada de historia, donde no solo los hombres son los protagonistas.

Ellas eran Angela, María, Consuelo, Amalia y Maud. Por ser mujeres no votaban; pero como prostitutas ni siquiera tenían voz autorizada, eran marginales. Fue la matanza de los obreros rurales lo que las desbocó y en un heroico -y emancipador acto- se rebelaron contra todos los genocidas juntos, el 17 de febrero de 1922.

El prostíbulo «La catalana» en la actualidad

Pupilas en el prostíbulo de Paulina Rovira, “La Catalana”, las cinco se negaron a atender a los soldados de Caballería que habían ejecutado a más de 1.500 huelguistas. Con voz, gritos y palos, pronunciaron el “No” que bastó para hacer retroceder a los militares. Los echaron al grito de: “No nos acostamos con asesinos”.

“Una vez terminado ‘el trabajo’ de fusilar huelguistas, el capitán Anaya decidió premiar a la tropa con un pase con las ‘putas’”, aseguraron investigadores de la Comisión por la Memoria de las Huelgas de San Julián.

Así fue que se dispuso que los soldados entraran en tandas. “Ellas eran cinco, los soldados eran cientos”, reparó María de los Ángeles Molina, guía de turismo idóneo de San Julián e integrante de la Comisión que investiga. Estas mujeres iban a estar toda la noche “al servicio” de los contingentes de soldados.

“Cuando ellas se enteran del trato que hace Paulina (Rovira) con Anaya, deciden no atenderlos, no acostarse con asesinos. Ellas hacen causa común con los obreros rurales. (…) Entonces salen con palos y escobas. Ellos nunca lograron ingresar al prostíbulo, todo ocurrió en la vereda”, retrató Molina.

Este suceso está enmarcado en lo que se conoce como la Patagonia Rebelde de Osvaldo Bayer y el añejo edificio donde funcionó el prostíbulo todavía existe en lo que hoy es calle Colón 838 de la ciudad de San Julián, pero pasa totalmente desapercibido. No hay ninguna placa ni referencia histórica que ponga en valor lo que allí sucedió.

La tumba de Maud Foster.

«Hay que ponerse de pie delante de esas cinco mujeres (…) ellas son muy muy importantes, tan importantes como los 1500 fusilados. Con algo tan simple, como una escoba y un palo; le hicieron frente nada más y nada menos que al ejército argentino”

María de los Ángeles Molina, integrante de la Comisión por la Memoria de las Huelgas

Finalmente, terminaron presas, fueron torturadas y murieron en el anonimato, casi olvidadas. Lo que no se puede olvidar es su rebeldía, osadía, esa que rebrota en en el suelo hostil de la Patagonia austral cada año. Así ellas se hicieron un lugar en los museos y en algunos capítulos de una historia escrita por muchas plumas.

“Todas terminaron en el calabozo por insultar el uniforme de la Patria’ y apoyar a los huelguistas, acaso la peor de todas las acusaciones en medio de los gestos socarrones de los soldados y la mirada hiriente de vecinos del pueblo que callaba. Allí encerradas en un reducido espacio fueron golpeadas, denigradas; les arrojaron agua fría y se les retiró la libreta sanitaria que les permitía trabajar”, explicaron.

Ex comisaría donde fueron apresadas y torturadas las cinco mujeres

Según la investigación, dos fueron a parar a una cárcel del sur, dos a una cárcel de Trelew y Maud Foster se pudo escapar. Así, la prófuga inglesa empezó a recorrer la provincia, hasta que en la década del 40 volvió a San Julián donde estuvo hasta su último día, el 2 de noviembre de 1967. Sus restos descansan en el cementerio de esa localidad.

“Sabemos de la existencia de la tumba de Maud, porque Osvaldo Bayer avisa que va a venir a San Julián. Fuimos al cementerio y buscamos una por una hasta que la encontramos”, comentó Molina. De las otras mujeres, no hay información. Hace poco tiempo, contactaron a la nieta de una de ellas, pero nunca se concretó una entrevista.

La historia de las «Catalanas»: ardua investigación y censuras
En San Julián, María de los Ángeles Molina es una de las referentes de la investigación y documentación de este suceso. Para hacerlo, se valió del libro “Mujeres de la Patagonia austral” de Jorge Castelli y Patricia Halvorsen como punto de partida, autores que investigaron sobre la prostitución de los años 30 de la provincia de Santa Cruz y de Tierra del Fuego.

“El suceso de las catalanas se conoce desde cuando se hizo la película La Patagonia Rebelde, allá por los 70. Osvaldo Bayer había decidido que ese era el final de la película. Obviamente la censuraron, no iban a mostrar la vergüenza que pasaron los soldados. Cinco mujeres, encima ‘putas’, haciéndole frente al ejército, una locura para la época”, contó Molina.

Claudia Elisabet Sastre, crítica literaria quien residió en San Julián, escribió sobre este episodio, parte de la infame historia de los fusilamientos de la Patagonia. “Después de su increíble acto de rebelión, se hicieron invisibles para la versión estatal, por voluntad propia, sabiéndose la parte más delgada del hilo, o por voluntad del relato oficial, a quien convenía su invisibilidad», dijo en una nota periodística.

«No es casual que el único gesto de repudio a la matanza fuera realizado por mujeres”

«Es evidente que las pupilas de San Julián plantean su lucha desde el territorio más profundo de su propio ser, es decir, desde el cuerpo. Cuando se niegan al sexo para el Ejército (representando al Estado) invierten la paradoja del ‘cuerpo público’, lo vuelven privado y nuevamente lo reclaman para sí. (…) Ellas ponen su cuerpo en escena, como campo de batalla”, analizó Sastre y agregó: “Este combate en el cuerpo es una característica femenina».

La historia de las Catalanas: ¿Quiénes eran las pupilas?

-Angela Fortunato, 31 años, argentina, casada, de oficio modista.

-Consuelo García, 29 años, argentina, soltera.

Amalia Rodríguez, 26 años, argentina, soltera.

María Juliache, 28 años, española, soltera, tenía 14 años de residencia en el país.

-Maud Foster, 31 años, inglesa, casada y culta. Tenía 10 años de residencia en el país.

La historia de las Catalanas: ¿Qué fue la Patagonia Rebelde?
El suceso histórico conocido como la Patagonia Rebelde fue reconstruido por el periodista Osvaldo Bayer en sus libros “Los vengadores de la Patagonia Trágica”. Allí unos 1.500 peones rurales fueron masacrados por el Ejército Argentino durante el gobierno de Yrigoyen, que intentó acallar una huelga.

Albino Argüelles fue el organizador del paro de todas las estancias del centro de Santa Cruz, fue fusilado.

El conflicto se extendió entre 1920 y 1921 por El Calafate, Río Gallegos, Puerto Santa Cruz, Puerto San Julián, Puerto Deseado, Jaramillo y en Caleta Olivia.

Los sublevados eran trabajadores de estancias de todo el continente sur, tanto argentinos como chilenos, quienes se habían alzado contra los terratenientes en reclamo de mejores condiciones laborales y salariales.

Por FLORENCIA BARK, para el Diario Río Negro

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