sábado, 27 de julio de 2024

En el caso de Epuyén hay una fecha oficial que hoy no se toma en cuenta y que da testimonio de que esta comunidad nace formalmente mediante el decreto del 11 de junio de 1921, con el nombre de “Colonia Mixta de Epuyén”. Y sin embargo, existe otra fecha fundacional que es la que hoy está vigente, que se decidió colectivamente eligiendo y optando entre tres fechas: la de la inauguración de la escuela el 1 de septiembre de 1908, la fundación del Juzgado de Paz o la llegada de los primeros pobladores. Se optó por la inauguración de la escuela y así quedó. Se festeja entonces el 1 de septiembre de 1908 como la fecha de la fundación de Epuyén.

Por mucho tiempo el lugar era considerado parte de un amplio espacio geográfico que comprendía El Hoyo de Epuyén, Puelo y paraje de las Golondrinas. Sin embargo, antes del decreto mencionado, todos estos lugares se encontraban ya poblados por aquellos que podemos nombrar como los primeros pobladores del lugar. En el caso de Epuyén debemos considerar la presencia fundacional de dos familias principales: la de Pablo Marilaf en 1894 y la de Juan Lincopil en 1907. Estas dos familias, asentadas temporalmente entre el quiebre de los dos siglos, a poco tiempo quedarían emparentadas entre sí.

En el año 1918 una rebelión campesina se inicia a la altura del paralelo 45 y que abarcó desde el puente, desde el puerto Aysén a Puerto Deseado en Santa Cruz y a Comodoro Rivadavia en Chubut. Obligó al presidente Yrigoyen a escuchar reclamos y enviar tropas del ejército sur. El conflicto involucró a pobladores rurales de la Argentina y Chile, teniendo víctimas de los dos bandos y culminó con una victoria contundente para los campesinos. Situación que obligó al Presidente argentino a retirar las tropas pacíficamente y, por supuesto, a darle el conflicto por concluido a favor de los “revoltosos”. Con el clima revolucionario de la época, el presidente Yrigoyen dio curso a muchos reclamos e incluso previó la fundación de muchos pueblos y localidades como oposición al latifundio y como para dar respuestas y contrarrestar el descontento civil. Por lo visto, la localidad de Epuyén tampoco pasó inadvertida en 1921, si nos atendemos a los expedientes y decretos.

Si tomamos en cuenta aquellos pobladores que se anticiparon las fundaciones formales, en el caso de Epuyén no fueron muchas las personas y menos las familias. En este sentido, las fuentes orales y testimoniales documentadas prueban que el primer grupo familiar en poblar fue el de Pablo Marilaf, cuyo apellido quedará fijado en la toponimia del lugar como “Pampa de Marilaf”, lugar que ocupó desde 1894.

Pablo Marilaz, su esposa Rosario Quintuleu González y Agustín González, el padre de Rosario, estaban decididos a poblar y habían partido a caballos desde Mendoza rumbo al sur. Traían consigo caballos pilcheros y, no hay detalles geográficos del trayecto, el tiempo que ocuparon fue considerable. Al parecer venían sus hijas Marcelina, María y Ángela, quien cada tanto recordará que “al llegar nadie habitaba el lugar, sólo había bosques y animales salvajes”. Y enseguida agrega, “ellos domesticaron a los animales para formar un capital”.

Poco a poco fueron limando el campo con herramientas rústicas, abriendo surcos para sembrar. En un relato manuscrito dan cuenta de que, ya instaladas definitivamente, deciden viajar a Chile para comprarse semillas. Luego de un mes afuera, los viajeros regresan con los pilcheros cargados de semillas de trigo, de avena y de papa. Según Ángela, esos fueron los primeros cultivos de Epuyén. Mientras tanto, Agustín Álvarez, abuelo de Cándida, dejaría Epuyén para siempre con la intención de poblar Cholila, donde aún residen sus descendientes.

Quien, unos años más tarde le siguió a poblar Epuyén fue Juan Lincopil, que al poco tiempo de asentarse, contrajo matrimonio con Ángela Marilaf, una de las hijas de Pablo. Para ese entonces, la producción de trigo y lana se hacía a pequeña escala, aunque pronto requirió la construcción de un carro para transportarla. Es así que cuando la cosecha estaba a punto, se levantaba con ayuda de varios de los vecinos allegados y salían con carros y catangos cargados hasta la terminal de vías del poblado de Ingeniero Jacobacci. Desde allí, regresaban con sal o con los “vicios” o provisiones.

Como Pablo Marilaf era chileno, cada tanto regresaba a su patria y convencía a algún nuevo pariente de que lo acompañara y se instalen en Epuyén o en la zona. Entre los primeros vecinos están los Paves, los Llanquinao, los Llanquetru, los Carinao, González, Santillán o Silva. También aparecen Vera, los Concha y algunos otros apellidos que ya no forman parte del Epuyén actual.

Párrafos extraídos del libro “Epuyén, lo que la tierra se llevó”, de Ernesto Maggiori

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2 comentarios

  1. HUGO BERNARDEZ on

    COMO SE OLVIDAN DE LOS NAHUELQUIR . DON PONCIANO DOÑA POLA , CON ORGULLO MIS SUEGROS , CONOCIMEPUYEN EN EL 77,

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