Avellaneda es la tierra de Herminio Iglesias. Venía de ser el Intendente en 1973-1976 y era candidato a Gobernador. “Herminio había hecho una muy buena intendencia. Además, muy decente –recuerda Casella-. Era una noble bestia. Elemental y violento. Pero no te engañaba ni tenía doble mensaje. Si te decía ‘todo bien’ estaba todo bien. Si te decía ‘te voy a meter un balazo’, te lo metía. Se llevaba bien con los radicales de Avellaneda. Nosotros iniciamos la campaña del 83 con un acto en Avellaneda. El Chacho Maximo, de Doc Sud, un amigo de mi padre viene preocupado a verme. ‘un amigo peronista me dijo que van a ir al acto los de la JP para joder’. Lo llame a Herminio, no lo encontré. Al rato suena el timbre en casa, era Herminio. ‘querías hablar conmigo?’. Le cuento. ‘mira, pibe. Vos sabes que yo siempre a Alfonsín lo traté con respeto; él es amigo de ustedes, los Radicales de Avellaneda, y los amigos de ustedes merecen mi respeto. Vos sabes que yo a Alfonsín lo recibí dos veces en mi casa para reuniones de la multipartidaria. Pero ahora denuncia un pacto militar-sindical y me nombra a mí. Yo estoy ofendido, no hice ningún pacto con los milicos. Ahora, si vos me pedias que no haya ningún lío, no va a haber ningún lío. Te doy mi palabra’”. “El día del acto llego al palco y siento un brazo que me agarra fuerte y m e dice: ‘me mando Herminio para cuidar el acto…’”.
Tocci memora: “estábamos con Casella. Eran especiales esos dirigentes de la tercera sección. Estaban Carlitos Bown, de Adrogue; Pascual Capelleri. Le armó un lindo lio Grondona cuando no quiso ser candidato a Intendente en Avellaneda”.
“Yo no sé nada de eso, yo sé de futbol. Gracias pero no”. Julio Grondona, Presidente de la Asociación de Futbol Argentino, AFA, y afiliado radical, rechaza la candidatura a Intendente que le ofrece Edison Otero. La entrevista es en la ferretería, en Sarandí. Julio Grondona da un par de motivos: “estoy cuidando las cosas de Arsenal”. A los pocos días Moure le insiste; la respuesta es un Grondona legítimo: “no pibe. ¿Cómo voy a ser candidato a Intendente para perder?. ¡Yo estoy para ganar!”. Alfonsín, tozudo, decide, encararlo él mismo con media docena de radicales. Moure recuerda que “Julio agarro la mandolina y hablo toda la noche de futbol. A la una de la mañana Alfonsín y los suyos se retiraron sin haber podido hacer la oferta. “Por lo menos hicimos el contacto”, se resigna Alfonsín. Descartado Grondona, Luis Sagol y Moure se juegan la candidatura a la moneda. Sale secca, Sagol gana: será Intendente.
Fragmento del libro “Alfonsín”, de Oscar Muiño