sábado, 27 de julio de 2024
Reunión familiar de bienvenida a inmigrante chilena en el barrio Petrobelli.

Don “Lalo” Bahamonde vive en barrio Pietrobelli, desde mediados de la década del ´40 y es testigo de la explosión demográfica de las décadas ´50 y ´60. El barrio donde vive, se conoce como “Chile Chico” hasta mediados de la década del ´50.

No es casual, la mayoría de sus pobladores llegan de Chile, “de la Isla de Chiloé, de Llanquihue, Cautín, Osorno, Valdivia y más del norte; la fama de Comodoro se expandió como una estampida y vinieron chilenos de todas partes”.

La comunidad de origen extranjero más numerosa en Comodoro Rivadavia es Chileno. Al 2000, se calcula que residen unos 40.000 entre nativos y descendientes; habitan esta ciudad desde los primeros años de su formación. Cuentan con un servicio de Consulado que en gran parte de la historia les dio la espalda más que la mano.

Es gente sencilla, la mayoría de escasos recursos económicos, que encuentran en esta ciudad –igual que los inmigrantes europeos- posibilidades de desarrollo personal y familiar. Solidarios por necesidad, forman redes de ayuda mutua entre familiares y amigos. Unos convocan a otros, muchos llegan sin tener contactos previos. Vienen porque aquí se vive mejor, aunque ocupen los lugares más bajos en el campo laboral. Trabajan como peones en la producción petrolera.

A partir de 1930, cuando se restringe el ingreso de inmigrantes europeos y aumenta la incorporación de argentinos del norte del país en Y.P.F la inmigración chilena crecerá mucho más todavía.

Durante los primeros 20 años en Comodoro Rivadavia, no existen prejuicios sociales que les impidan vincularse con inmigrantes europeos, aunque después “la comunidad chilena, que permanentemente recibe nuevos migrantes, va creando sus propios espacios de socialización, en el pueblo y en las Company Towns y cuando los amplia lo hace preferentemente con argentinos, muchos de ellos nativos, con quienes comparten la pertenencia de clase y afinidades culturales”.

Las primeras asociaciones

En 1936, un grupo forma la Sociedad Chilena de Socorros Mutuos; su presidente es Orozimbo Saldivia y presta servicios médicos a los socios con el doctor Fidel Grillo.

El 23 de marzo de 1937, organiza un baile en el Cine Rex “a total beneficio del conjunto artístico Hermanos Salinas”, en 1943, la sociedad está presidida por Enrique Gallardo y el prosecretario en Juan de la Cruz Hraste.

El mismo año otro grupo forma el Centro Familiar Chileno, cuyo presidente es Juan Leiva y Pedro Domancie es el secretario; en 1941, su presidente es Enrique Schoon.

Con la instauración de la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia, aumenta la afluencia de chilenos que llegan a trabajar en la construcción de las monumentales obras de la época.

En julio de 1948, una nueva entidad, la Colectividad Chilena Bernardo O´Higgins, presidida por Enrique Pritchard Araus, organiza bailes cuyos fondos son para la construcción de la sede social.

Esta entidad declara entre sus objetivos la creación de biblioteca y el fomento del deporte. En septiembre realiza otro baile con la autorización de la gobernación militar.

Estas asociaciones conviven y realizan actividades hasta 1950, aproximadamente.

“Chile chico” y el derecho de ocupar

Don Eduardo “Lalo” Bahamonde es uno de los primeros vecinos del barrio “Chile chico” –barrio oeste-, se ubica en la parte alta “porque pensaba que después iba a construir en otro lugar”. Llega ahí porque “me corrieron del centro de alquileres”, solicita permiso en Tierras y Colonias de la Nación que tenía una oficina en el pueblo, “con un pago mensual de 50 pesos al año para tener un rancho acá, era un derecho de ocupante”.

Otros vecinos llegan y se establecen sin permiso. “Había casitas por cuadra, otras estaban agrupadas porque eran parientes, aquí los ranchos se hicieron por ayuda mutua y se hacía una cadena, los domingos y feriados se veía puro trabajo, pero al principio eran todos ranchos de chapa ondalit, era lo más barato y lo más rápido”.

La ocupación es “temporaria y, salvo la vista de la cuidad, tuvimos serias dificultades, el viento, el agua y el resto de los servicios, por aquí nunca paso una máquina, la calle frente de mi casa la abrimos entre cuatro vecinos, a puro pico y pala; lo hacíamos de noche… una vez vino el sargento Jerez, que estaba de guardia, a ver que hacíamos: “una casa”, le dijimos y nos contestó con pena que nos tenía que llevar presos, ahí le dijimos que estábamos abriendo caminos, para que venga algún camión con leña”.

El general Lagos, Gobernador militar, preside el acto que se realiza en la manzana destinada para plaza. Es el bautismo del barrio que recibe el nombre de Francisco Pietrobelli; “Lagos dice que aquí vamos a hacer un Chile Grande, se refería a la importancia que se le iba a dar al barrio, eso fue en el año ´54 o ´55.

Pero “no estaba permitido que hiciéramos casas de material, un poco por las características del terreno, otro porque decían que podíamos adueñarnos de la Patagonia, era el miedo de la geopolítica de los militares y algunos civiles que metieron cizaña y que no entendieron que si uno viene acá es porque está bien acá y deja que los hijos y los nietos sean de esta tierra, qué duda puede tener”.

Extraído del libro “Crónicas del Centenario” editado por Diario Crónica en 2001

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