El gasoducto se inauguró el 29 de diciembre de 1949 con un tendido de 1.605 kilómetros que unió Comodoro Rivadavia en Buenos Aires. Esta obra fue trascendental para bienestar de muchos habitantes del país. Primero por lo económico que era el gas y luego porque solucionaba un problema, como el caso de Madryn, donde se complicaba conseguir leña. Además dio un impulso comercial importante y su construcción genero trabajo muy bien remunerado.
La empresa italiana Sadop-Techint realizaba la obra. El movimiento en el pueblo era sorprendente. Todos los comercios trabajaban bien. Por supuesto que los hoteles, restaurantes, bares y centros nocturnos estaban de parabienes. Muchos de esos empleados jerárquicos y técnicos que llegaron, mayoritariamente italianos, formaron familia con mujeres madrynenses.
Uno de los barcos, creo el primero, que trajo los caños desde Italia se llamaba Italterra, otros fueron Italcielo, Italvani y Marcos Foscarini.
En el taller de Cristino Carrera sito en Roque Sáenz Peña y Mitre, que lo había alquilado, se realizaba el mantenimiento y reparaciones menores de los vehículos de la empresa.
Las instalaciones domiciliarias para el gas no eran caras pero no cualquiera podía pagarlas. La empresa Gas del Estado contribuía regalando las cocinas marca Elvi y calefones para ayudar y demostrar los beneficios, aunque la gente desconfiaba y tenía miedo por lo peligroso que era el gas y demoraba la aceptación. Mi pare fue uno de ellos. Pero más adelante se convenció y colocamos gas natural. La cocina la compro en Casa Meyer y la marca era Orbis. Para mis hermanos fue una solución porque desde ese momento no debían cortar leña los sábados para que durara toda la semana. Para mí también porque no tenía que concurrir más a comprar el kerosén a los de Den Dulk que quedaba en la calle San Marín (ex España) y 9 de Julio. A veces nos quedábamos largas horas, esperando a la intemperie en pleno invierno, la llegada del camión que lo trasportaba desde Comodoro Rivadavia.
Con Raúl Scodellaro íbamos con un carrito a la carpintería de Martinelli, que estaba en Alvear y 9 de julio, -muchos años después estuvo allí en Colegio Comercial- a buscar viruta para comenzar a encender el fuego de la cocina a leña. O sea que con el gas nos ahorrábamos ese trabajo.
Las oficinas del gasoducto funcionaron en el Chalet Pujol.
Según me asegura Marcial Mariño la primera instalación de gas fue en el ex comercio La mercantil en Av. Yrigoyen y Mitre, allí vivían operarios de Techint y fue una manera de demostrar que podía ser usado sin peligro.
Fragmento del libro “Puerto Madryn 1940 y tanto…”, de Pancho Sanabra