miércoles, 4 de diciembre de 2024
Tala, hija de la ciudadana estadounidense Carly Morris, en una fotografía tomada en Buraidah, en el centro de Arabia Saudí.

En el verano de 2019, la estadounidense Carly Morris viajó a Arabia Saudí para que el padre de su hija pudiera ver a la niña. Tres años más tarde, la mujer sigue bloqueada en el país fundamentalista ante la imposibilidad de sacar de allí a la pequeña.

Como otras extranjeras que han tenido hijos con saudíes, Morris lucha contra la discriminación que sufren las mujeres en el derecho de familia del reino. Poco después del aterrizaje de madre e hija en la capital, Riad, el exmarido confiscó sus pasaportes, y después inició la tramitación de la nacionalidad saudí para la niña con el objetivo de impedir que pudiera abandonar el país. Desde entonces, Carly Morris vive un calvario interminable. Tras gastar todos sus ahorros, la estadounidense de 34 años se vio obligada a pedir prestado dinero y comida para sobrevivir en un país cuyas leyes no le permiten trabajar.

«No me iré sin mi hija», dijo a France Presse por teléfono, con la voz ahogada por los sollozos.

Aunque el príncipe heredero y gobernante de facto Mohamed bin Salmán amplió un poco los derechos de las mujeres, incluyendo la autorización para conducir y la flexibilización de las normas de tutela, estas reformas fueron acompañadas de una violenta represión contra las activistas feministas. Las recientes reformas aún «no han impedido que los hombres sigan teniendo la última palabra en lo que respecta a la familia», explica a la AFP Hala al-Dosari, investigadora saudí y activista por los derechos de las mujeres.

El caso se conoce días después de que otra saudí fuese también condenada por la Justicia por haber retuiteado comentarios de disidentes en el extranjero

«El problema es que la autoridad absoluta sobre los hijos se le da al padre«, añade. La situación de Morries »lamentablemente, no es un caso aislado«, recuerda Bethany al Haidari de la Human Rights Foundation, con sede en Nueva York. »Muchas mujeres y niños se encuentran atrapados en Arabia Saudita en condiciones igualmente degradantes«, señala a la AFP.

Investigada por las autoridades sauditas
Carly Morris también está siendo investigada por las autoridades sauditas por «perturbar el orden público» y tiene prohibido viajar, según una notificación electrónica consultada por AFP.

La familia de su exmarido se negó a pronunciarse sobre ello y las autoridades de Riad no respondieron a las preguntas de la AFP. La embajada de Estados Unidos en Arabia Saudita asegura a la agencia que sigue «muy de cerca» el caso de Carly Morris y que está «en contacto regular con ella y con el gobierno» del país del Golfo.

Arabia Saudí registró 150.000 casamientos en 2020, incluidos 4.500 entre saudíes y extranjeros, según estadísticas oficiales. En el mismo año, se registraron 4.200 divorcios entre esas uniones mixtas.

Entre las extranjeras casadas con saudíes, algunas optan por marcharse del país, como Madison Randolph, quien se sentía «como un animal en una jaula» con un marido que quería «controlarlo todo». Cuando descubrió que estaba embarazada de su segundo hijo, negoció con su marido un viaje de un mes a Estados Unidos, pero nunca regresó. Atrás dejó a un hijo de nueve meses. «Fue una decisión difícil», confiesa por teléfono a la AFP esta joven de 23 años, pero «quería salvarme, a mí misma y al niño que llevaba dentro».

Fuente: ABC

 

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