
Desde su apertura en 1905 hasta su cierre ocurrido luego del fallecimiento del Toschke el 26 de septiembre de 1946, la escuela pasó por distintas vicisitudes: desde 1914 Toschke además de dar sus clases en el colegio, impartía lecciones particulares de violín, idioma y dibujo, así como también estudios preparatorios a los ingresos a los colegios Nacional y Comercial, en horario diurno y nocturno. Según la revista Argentina Austral: “El Consejo nacional de Educación constatando la feliz colaboración que para sus planes de expansión de la enseñanza representaba don José Toschke reconoció inmediatamente al Colegio Sarmiento así que sus alumnos quedaban habilitados para continuar estudiando en los establecimientos oficiales. Se dictaban lecciones de idioma francés, alemán y castellano”.
En 1915, tras examinar profesionalmente a José Toschke el Consejo Nacional de Educación otorgó el permiso para ejercer la enseñanza en los Territorios Nacionales. Sin embargo esta nota no fue recibida por el interesado con la suficiente celeridad. Probablemente esto es lo que movió a José Toschke a poner en venta el colegio.

El 20 de noviembre de 1919 en el periódico Golfo Nuevo encontramos un aviso que describe el trabajo del señor Toschke. “Profesor particular da lecciones elementales y comerciales, diurnas y nocturnas. Se ofrece para arreglos y llevar los libros y hacer balances para negocios chicos. Se encarga de cualquier acción comercial. En comisión”.
Da fe del dictado de estos cursos nocturnos el señor Bernardo Cruce, quien afirmaba: “Después a un gallego que vino de España también le enseñó a hacer números y letras. Creo se llamaba Díaz. Al gallego le daba clases en la noche, clases nocturnas, tenía que ir dos horas. Era un hombre grande, repartidor de La Anónima y no sabía leer ni escribir”.
A pesar del importante papel que tenía en la sociedad madrynense, en 1921 un funcionario del Consejo Nacional de Educación cerró el Colegio Sarmiento por cuestionar la valides del título de maestro de Toschke. Este hecho afectó y molestó a la comunidad, que pedía el esclarecimiento de la situación, reflexionando y opinando.
La clausura de una escuela en parajes como este, donde tan faltos estamos de ellas, y donde las que existen no cumplen su misión debido a las deficiencias de todo orden, y en especial a la falta de personal docente; una resolución de clausura como la que comentamos, debe meditarse bien, pues los perjuicios que la medida de esta índole producen son incalculables. El Consejo Nacional de Educación decidió por fin otorgar el permiso y es así como desde 1922, el Colegio Sarmiento fue el primer establecimiento escolar, no confesional con internado, reconocido oficialmente en el Chubut.
Prosiguió el maestro con su tarea educativa hasta poco antes de su muerte, abordando su rol docente desde diferentes ángulos: clases regulares, de contabilidad, de idiomas y música; no solo en horarios diurnos sino también nocturnos. Todas las actividades eran dirigidas tanto a adultos como a jóvenes, permitiéndoles así ampliar sus conocimientos. Y difundiendo los saberes que iban a facilitar su desempeño como trabajadores y ciudadanos.
“El desarrollo de la educación en Puerto Madryn y zonas aledañas (1900 – 1950)” de Marta Gueli y Liliana Martín