martes, 20 de mayo de 2025

El galés Ricardo Berwyn era maestro diplomado, y apenas llegado a la colonia galesa en Chubut recibió el nombramiento de secretario del gobierno de los Doce y encargado del registro civil, y al registrar su firma, en 1867, fue el cargado de autorizar el movimiento de buques en puerto Rawson.

En enero de 1868, dirigió el primer periódico de la Patagonia “Y Brut” (La Crónica). En octubre de ese año -a tres de su llegada- abrió la primera escuela, al aire libre con más de una decena de niños que usaban piedras como cuadernos y la Biblia como libro de texto. En un principio, recortaban titulares de diarios viejos, hasta que pudo editar un manual, impreso en el taller gráfico de Lewis Jones (que había llevado al Chubut la primera imprenta). En 1871, fue designado primer administrador de Correos, cargo ad-honorem que desempeñó durante 30 años (se retiró en 1901).

Durante el período en que Juan Finoquetto fue comisario de la colonia, una serie de desentendimientos desembocó en el apresamiento y la remisión a Buenos Aires de Lewis Jones y Berwyn, irregularidades que luego trataron de justificarse y atenuarse en aquella ciudad.

Cuando el perito Francisco Pascasio Moreno debió recorrer la zona cordillerana del Chubut y Santa Cruz, halló en Berwyn a un voluntarioso amigo que lo acompañó en sus viajes de 1874.

En 1875, fue nombrado por el gobierno nacional ayudante de la Comisión Nacional de Inmigración, cargo al que renunció en 1880.

En la imprenta de Jones imprimió su famoso almanaque agrícola, que sirvió a centenares de colonos durante varias décadas.

En 1879, fue designado encargado de la oficina meteorológica de Rawson (dependiente del Observatorio Astronómico de Córdoba), que registró 5 inundaciones entre 1865 y 1899.

En 1880, llevó hasta la colonia los primeros cien títulos de propiedad de la tierra de los colonos del valle.

Berwyn fue, además, un hábil cronista de la colonización del valle y un minucioso registrador de cuanto acontecimiento hubo en el Chubut de la segunda mitad del siglo pasado. Llevó un libro de autógrafos que tiene hoy un valor histórico único. Redactó, además, un texto bilingüe y un diccionario. Al él se deben las Memorias elevadas al Ministerio del Interior por los gobernadores Fontana, en 1886, Tello, en 1896, O’Donnell, en 1899, Conesa, en 1902 y Lezana, en 1904.

Textos de Luis B. Colombatto

 

Compartir.

Dejar un comentario